Seguimos con el tema de la comunicación. He escuchado muchas veces por ahí que uno de los principales problemas en la relaciones de todo tipo es la falta de comunicación o en su defecto una comunicación deficiente. Entonces si esta situación causa tantos problemas ¿Cómo podemos comunicarnos efectivamente con los demás y con Dios?

Bueno quisiera darles algunos consejos que considero ayudaran a mejorar tu comunicación con los demás.

Calla: Suena un poco extraño que pretenda ayudarte a comunicarte mejor y te mande a callar, pero si ese es el primer paso y uno de los más importantes. Debemos tener pendientes que comunicación es un acto de 2 o más personas expresando sus ideas. Lo que significa que puedes darle gracias a Dios si te dio el don de poder hablar sin parar y siempre tener algo que decir, pero hasta que no te calles un momento y decidas escuchar lo que los demás piensan no estás en realidad comunicándote. Esto no solo pasa con las personas sino también cuando nos comunicamos con Dios. Hay personas que parecen un programa de radio anunciando las ultimas noticias cuando están orando, y quieres escuchar la voz de Dios pero en su momento devocional no paran de hablar, es importante que tomes tiempo para callar mientras oras, simplemente quédate en silencio, escucha una adoración, lee la biblia o revisa las notas del mensaje del domingo, pero dale la oportunidad a Dios de hablarte mientras estas callado.

“necesitamos mucho más que solo dejar que los oídos hagan su trabajo”

Escucha: Parecerá una repetición pero he notado que hay dos tipos de personas; Las que no te dejan hablar y las que sencillamente pretende que te escuchan pero solo te está oyendo, ¡que no es lo mismo! Si pretendemos comunicarnos efectivamente necesitamos mucho más que solo dejar que los oídos hagan su trabajo, debemos prestar nuestra mente y en ocasiones nuestro corazón a la otra persona. Y no hablo de estar de acuerdo en todo lo que los demás dicen, ¡No! Me refiero a darles la oportunidad a otros de hablar contigo y no solo con el viento. Lo mismo pasa en nuestra vida de devocional, jamás será lo mismo leer un versículo bíblico que dedicar tu ser a entender qué quiere Dios de ti o cómo busca el que hagas las cosas. En la vida debes ejercitar el arte de escuchar, créeme cuando lo desarrolles bien escucharas música en tus oídos.

Habla: Esta es la última pero no la menos importante, de hecho es una lucha por defender lo que eres. No me refiero a ese acto mecánico de mover los labios y ver que sale de ellos sino más bien a ejercer el derecho de decir lo que piensas. A saber que los demás tienen el deber de conocer que no eres igual que ellos y a darle a otros el privilegio de ver dentro de ti. A veces tenemos miedo de decir lo que queremos decir por miedo a que los demás no compartan nuestras ideas, y sabes que, QUÉ IMPORTA QUE LOS DEMÁS NO PIENSEN COMO TÚ. Dios te dio el don maravilloso de ser distinto a otro, créeme Él no se equivocó. No des por sentado que los demás saben lo que piensas o lo que quieres !DILO! Así también cuando estés en tu habitación orando al Padre, no asumas que Él sabe todo de ti, aunque lo sabe, pero dedícate ese momento a contárselo no desde el punto de vista de tu historia sino de tu corazón, verás que no es lo mismo.

“Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene” Proverbios 25:11

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