Espero que no te predispongas al tema, aludiendo que éste no es tu problema, o de alguna manera que estas firme en tu proceso de santificación y no tienes ocasión de ser débil. No en vano dice la Palabra que “el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”.

¿Has visto cómo un pequeño orificio en el techo, para tiempos de lluvia,  forma una incómoda gotera, humedece la casa y cada vez logra hacerse más grande? Si no haces algo al respecto, tu casa pronto estará destruida. Muy similar a esto opera el pecado sexual en nosotros, una vez permitimos un espacio, y no reparamos inmediatamente, logra pronto derrumbar nuestras vidas espirituales, y en un efecto dominó puede apoderarse de toda nuestra vida.

He escuchado por mucho tiempo, incluso dentro de congregaciones cristianas, cómo dirigen éste tema principalmente hacia los hombres; y  si bien es cierto, que ellos son más propensos y sensitivos a estas luchas, no es un secreto que un gran porcentaje de mujeres se suman a  este grupo.

El mundo se deleita en la inmoralidad, pero… “yo no soy del mundo, si soy cristiana/o ¿por qué tengo estas luchas? ¿Es pecado el deseo sexual si aún estoy soltera/o?

Primero déjame decirte, la sexualidad es un regalo de Dios para el matrimonio, ello no significa que antes de casarte no tengas deseos sexuales; ante esto nuestro Dios es muy certero al decirnos en 1 Timoteo 2:22 (Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.) las “pasiones juveniles” a que se refiere este texto es la inmoralidad sexual; inclúyanse dentro de ello: fornicación, masturbación, pornografía, etc. Ser cristianos no nos exceptúa de cambios hormonales los cuales conllevan a ciertos deseos sexuales; en ello no hay pecado, pero cuando das rienda suelta a estos instintos y buscar darles satisfacción es cuando da a luz el pecado (Stgo. 1: 15)

Cada vez más mujeres reconocen tener luchas con la pornografía y masturbación, aun concibiendo su pecado, deseando  en su corazón a  “x”  hombre, lo que les provee momentáneamente algún tipo de placer; pero como sucede en todos los casos, esa es la promesa del pecado, ofrecer un placer momentáneo bajo una condenación eterna; podemos sentirnos expuestos en todo tiempo – estamos en el mundo- pero debemos recordar que no somos del mundo, cuando vamos a cine, al supermercado, a la universidad, en el trabajo, en el transporte, las revistas, el internet, incluso los partidos de fútbol, hay un mensaje pornográfico aun en publicidad para jabones de bebé; si hablásemos de no estar expuestos al mundo tendríamos que optar por ciertas culturas  religiosas que han decidido alejarse de la civilización; pero nuestro Salvador es preciso cuando dice al Padre “ no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:15), estamos llamados a reflejar a Cristo en medio de esta sociedad decadente, no conformándonos según él, sino renovando nuestro entendimiento, y esto se logra a través de la palabra de Dios.

Así que, ya sea que seas una mujer con estas luchas, o un hombre, estos son algunos consejos que podrían ayudarte a vencer en medio de estas batallas:

  • Huye de las pasiones juveniles, se radical y de ser necesario toma medidas al respecto. Podría servirte evitar estar a solas mientras usas el pc, no te permitas que tus pensamientos hallen comodidad en tu mente, evita las revistas, la música que incita a la inmoralidad, las amistades, cualquier tipo de conversación, incluso ver televisión. Se sincera/o contigo y reconoce que no eres fuerte.
  • Exponte todo el tiempo a la Palabra de Dios, ninguna tiniebla puede ser más fuerte que las verdades allí expuestas, memoriza algunos textos que te lleven a recordar que tu cuerpo es templo del Espíritu Santo, y que la voluntad de Dios es nuestra santificación. (Sugerencia: Rom 12: 1-2, Salmo 147:3, 4, 11, 2Tim.2:22, 5:23, Ef. 5:26, 2Co. 6:17, Filipenses 4:8)
  • Recuerda que un límite es una línea de propiedad que nos define y nos protege, y que para los solteros: la sexualidad es un derecho del casado. (Es un regalo de Dios para el matrimonio) la única fuente de gratificación sexual debe ser tu cónyuge. Persevera en tu santificación como un hermoso regalo de parte de
  • No te hagas el/la valiente, aquí es donde se revierte esa orden, si te es posible ve con un hermano en la fe (de tu mismo sexo y maduro en la fe) y pídele que te ayude en tu deseo de santificación.

Tomará tiempo, incluso cuando creas que ya eres fuerte en esa área, serás tan débil como al principio, solo que ahora, la Gracia de nuestro Dios cubre tu pecado y te alienta; tenemos gran responsabilidad en esto, Dios no lo hará todo por nosotros, así que esforcémonos y perseveremos en medio de la lucha.

Mujeres, el hecho de que en tu congregación no se toque el tema, no significa que tengas que mantenerlo bajo las sábanas, ve al Señor y pídele que ayude; y EL,  que es bueno, dará respuesta a tu oración.

¡Sólo El Restaura nuestro pasado, nuestro presente y nos prepara para toda buena obra!

Fuente