El fracaso no necesariamente es el final, sino que puede convertirse en una oportunidad en la que puedes empezar de forma diferente y así acercarte a lo que Dios quiere para ti y para tu entorno.

El fracaso es parte de la vida

El éxito y el fracaso son parte de la vida, tanto uno como otro pueden convertirse en impulsores para fortalecernos y seguir adelante; pero también puede paralizarnos, depende de cómo nos enfoquemos en ellos.

El fracaso para algunos significa el fin de sus sueños, anhelos o metas, en cambio para otros es una nueva oportunidad que usarán para corregir errores y así crecer como personas. 

¿Qué pasa si no puedo levantarme de una caída?

El fracaso sin duda duele y genera temor y susceptibilidad, pero no conozco a nadie que no haya caído o tropezado a lo largo de su vida, pues como humanos tendemos a equivocarnos, no somos perfectos, sino que en Cristo estamos en un proceso de perfección y es así que, si tenemos esto presente, tendremos las fuerzas y la voluntad para levantarnos y continuar con ese proceso de perfección.

No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Filipenses 3:12-14 (RVR1960).

¿Un nuevo empezar?

Un nuevo empezar es como volver a nacer, si te equivocaste en aquello que estabas emprendiendo pues ahora te toca reivindicar esos errores, corregir aquella actitud, trabajar en tus debilidades y mejorar cada día. Si fracasaste en una relación o te lastimaron, no guardes rencor, ni te amargues, sino renuévate en el Señor, quizás esa persona no era parte de tu vida.

El fracaso no es el final porque te vuelve más fuerte

La persona que seas el día de mañana dependerá de cómo manejaste el fracaso, si te consumió seguirás hundiéndote en la amargura y miedo, pero si lo superas con la fe de que Dios está contigo en todo momento para ayudarte, sin duda serás una persona más fuerte y constante. Por ello te aliento a que todo lo que causó en ti dolor y frustración lo uses para ser más fuerte, ya no mires atrás para llorar por el fracaso, más bien mira adelante con fe y esperanza. ¡Que este nuevo año sea un nuevo comienzo!

CVCLAVOZ.