Se cuenta que Alejandro el Grande tenía un filósofo en su corte, muy famoso pero muy pobre. En cierta ocasión que se encontró necesitado de dinero, ¿A quién podría acudir sino a su señor, el conquistador del mundo? Alejandro le dijo que pidiera a su tesorero la cantidad que quisiera, y éste pidió en nombre de su soberano el equivalente actual a unos 10.000 dólares.

El tesorero, sorprendido por una demanda tan grande, rehusó pagarle antes de hablar con el rey, a quien le dijo que le parecía irrazonable la petición de una suma tan exorbitante. Alejandro lo escuchó callado, pero cuando hubo oído el argumento replicó:

Entrega ese dinero inmediatamente, este hombre me ha hecho un honor muy singular, porque la magnitud de su petición muestra que tiene una idea muy elevada de mis riquezas y de mi real generosidad.

Cuando estás en medio de una necesidad, ¿A quién acudes?, ¿Crees que Dios puede suplir tus necesidades?

Es muy improbable que alguno de nosotros acuda primero a un completo desconocido para pedir ayuda; todos iremos primero a aquella persona en la que confiamos, ya sea un familiar o amigo porque no siempre es fácil exponer la necesidad que tenemos.

Jesús, cuando enseñaba acerca de la oración dijo:

Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta. Lucas 11:9, 10 (NTV)

A veces tenemos la idea de que Dios, al ser tan grande y poderoso está ajeno a nuestras necesidades y que no escuchará nuestras oraciones, nos olvidamos de que es nuestro Padre  y que podemos acudir a Él con toda confianza, creyendo que puede darnos aquello que necesitamos y aún más porque nos ama.

El Señor conoce tus necesidades y quiere suplirlas, solamente está esperando  que acudas a Él con la confianza de un hijo a su Padre y le pidas aquello que te hace falta.

Abre tu corazón delante del Señor y cuéntale acerca de tus necesidades. Dios desea que confíes en Él y le permitas tomar control de tu vida. Recuerda que tu Padre, tiene planes de bien para tu vida.

CVCLAVOZ