Jesús nunca habló sobre esta cuestión de cortar el cabello. Mateo 10.30 dice: incluso los cabellos de tu cabeza están todos contados. Se enfatizar aquí el cuidado de Dios para con nosotros, a punto de saber cuántos hilos de pelo tenemos en nuestras cabezas. El uso de este versículo como justificación para prohibir el corte de pelo es un desconocimiento hermenéutico.

I Corintios 11.4-6: “Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra.

Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.

I Corintios 11:15 Porqué el uso del velo para judías y griegas

Primeramente mencionaremos Corintio. Una ciudad portuaria cosmopolita, es decir, acudían personas de casi todos los países del mundo, principalmente griegos, romanos y judíos. Se hallaba un mestizaje muy grande de razas y culturas, como religiones.

La ciudad mostraba diversas manifestaciones culturales. Por ejemplo, allí estaba el anfiteatro edificado por los romanos que acudían más de 20.000 espectadores. El famoso templo de Afrodita, la diosa de la sensualidad, lascivia y la prostitución cultural alojaba a más de 1.000 prostitutas.

En consecuencia, la cultura de Corinto era influenciada por los griegos y por los viajeros romanos que pasaban. Su forma de vestir, sus comidas y sus características eran completamente diferentes a los judíos.

Desde el punto de vista judío el uso del velo se remontaba tiempos antiguos, relacionado a la sumisión de las mujeres.

Sin embargo, las mujeres griegas tenían otras costumbres. Usaban los cabellos largos, no usaban velo y no eran prostitutas. Pero en Corinto había una costumbre de las sacerdotisas del templo de Afrodita, quienes usaban las cabezas rapadas, y como ofrende, debían tener una relación sexual con algún desconocido, una vez al año.

Esta analogía hecha por Pablo tenía el objetivo de mostrar que una mujer sin el velo simbolizaba, en la cultura judía, lo mismo que la mujer con la cabeza rapada simbolizaba en la sociedad griega. Prostituta o infiel.

Es decir, el apóstol Pablo menciona este asunto a la iglesia de Corinto, para resguardar y proteger a las hermanas, miembros de la iglesia de la ciudad, que tenían cabellos cortos, y evitar el ultraje de ser confundidas con las prostitutas (sacerdotisas). Porque así como una mujer sin velo era tenida por prostituta por los judíos, de la misma forma una mujer con la cabeza rapada era considerada como ramera por los griegos.

Por lo tanto, “no es pecado cortarse el pelo“. Se debe, tenr en cuenta el contexto cultural y religioso en el que fue escrito.

En referencia a teñirse o pintarse el cabello, no hay referencias bíblicas que lo prohíban. Puede comprenderse que “no es pecado pintarse el cabello“. Pero, la palabra nos menciona que somos Templo del Espíritu Santo de Dios y debemos presentarnos en orden frente a Dios. ¿Si Dios te ha hecho con el cabello negro, ¿cuál es la motivación que te lleva a querer pintarlo de “rubio?”.

¿Insatisfacción?, es decir, odio el color y la textura de mis cabellos. ¿Hacerme más sensual? ¿Me quiero parecer a algún Ídolo? ¿Voy a pintarlo para contradecir a mis padres y mostrar que soy dueña de mi misma? ¿Voy a pintarlos para ser el centro de atención?

Estas son las cuestiones que debemos reflexionar primeramente. Si su motivación no está enmarcada con lo citado, va a estar en paz, haga lo que haga, sea agradable a Dios. Recuerde, el Señor nos ha llamado a libertad, pero que nuestra libertad no sea de tropiezo para los hermanos débiles, pues si el “comer carne” los escandalizará, es mejor que nos abstengamos y no hagamos a los débiles caer.

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