Alguien dijo: “No podemos agradar a todos, así como no todos nos pueden agradar”; y aunque hay mucha verdad en esta frase, en la Biblia hay varios pasajes que nos instan a amar a las personas más difíciles que podrían existir: nuestros enemigos. Tal vez pienses en las miles de referencias en la cultura popular, en donde pintan a los enemigos como los más crueles villanos; y teniendo esto en mente, puedes pensar que no tienes enemistad con nadie. Sin embargo, siempre hay alguien que nos maltrata, insulta, rechaza, hiere, roba, etc; y es a esta clase de gente a quienes debemos de mostrar amor.

Esto parece sencillo en teoría, pero ¿cómo podemos ponerlo en práctica? La respuesta se encuentra en Lucas 6:27-36. Éstas son seis maneras que nos enseña este versículo bíblico:

1. Siendo amable:

“Escuchen bien lo que tengo que decirles: Amen a sus enemigos, y traten bien a quienes los maltraten.” (v. 27)

Comienza siendo amable en pequeñas acciones diarias. Quizá pienses que esto es insignificante, pero verás que con el tiempo te será mucho más sencillo tratar bien a otros. Es probable que al principio recibas reacciones reacias, pero es importante es que no te des por vencido y seas paciente. Pronto te darás cuenta que la constancia siempre tiene fruto.

2. Respondiendo los insultos con bien:

“A quienes los insulten, respóndanles con buenas palabras.” (v. 28)

Es normal que al recibir un insulto, uno sienta la necesidad de responder con algo aún más hiriente. Sin embargo, debemos cambiar esta actitud y, no solo decir palabras de bien, sino también demostrarlo con acciones. Recuerda que tus palabras tienen poder, y que por lo tanto, debes ser sabio y prudente al momento de abrir la boca.

3. Orando por ellos:

“Si alguien los rechaza, oren por esa persona.” (v. 28)

Hay personas que creen que orar por sus enemigos implica pedir a Dios que los maldiga o los cambie; sin embargo, esto es erróneo. Al orar, debes rogar que Dios haga su voluntad en la vida de esa persona y en la tuya, pues solo Él conoce el futuro y sabe qué es lo que más les conviene.

4. Perdonándolos:

Si alguien les da una bofetada en una mejilla, pídanle que les pegue en la otra. Si alguien quiere quitarles el abrigo, dejen que también se lleve la camisa.” (v. 29)

No dejes que el rencor tenga un lugar en tu vida. En cambio, aprende a perdonar y sigue el ejemplo de Dios. Cuando Él perdona, acepta de nuevo, no juzga, olvida el pasado y ama sin condición.

5. Dando sin esperar nada a cambio:

“Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. (v. 35)

Nunca esperes tener una recompensa por tus buenas acciones. Si haces el bien a los demás, hazlo por amor y no por buscar vanagloria. Ten siempre presente que hay más satisfacción en dar que en recibir.

6. Mostrando compasión:

“Ustedes deben ser compasivos con todas las personas, así como Dios, su Padre, es compasivo con todos.” (v. 36)

Ten una mente abierta y no te apresures a juzgar. Esto te ayudará a ser más compasivo con otros y a darte cuenta que todos tienen problemas y necesitan comprensión. Recuerda que es importante tratar a los demás de la misma manera que esperas ser tratado.

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