(Lectura Salmo 142. 5-7) – El perdón de Dios a través de Jesús por nuestras faltas nos abrió el acceso directo a Su Presencia; ¿porque es necesario perdonar? es necesario para que la sanidad interior sea real y permanente. Perdonar traer libertad y te quita peso para poder avanzar libremente hacia los planes buenos y altos del Señor para sus hijos.
Día tras día nos relacionamos con personas angustiadas, heridas, solas, que arrastran sufrimiento a causa de lo que les han hecho en un determinado momento de su vida, o varios momentos; otros viven amargados a causa de los propios errores y sus consecuencias y no logran liberarse de ese dolor. Pueden ser personas con una familia bien constituida, con una situación financiera, social, familiar hasta admirable y sin embargo no ser realmente felices. Otras son personas que a causa del dolor provocado por la mentira, el engaño, el abandono, el rechazo se transforman en personas tristes, solitarias amargadas, que espantan a quienes de verdad los ama y hasta terminan con enfermedades crueles.
¿Qué cosas generan estas amarguras?
La traición, la infelicidad, la defraudación, el abandono, el rechazo, etc. y algunas de las causas son:
– Cuando padres se separan y eligieron otra pareja.
– Cuando alguién que decía ser tu amigo divulgó tu intimidad.
– Cuando en tu trabajo cumpliste, fuiste ordenado y otros que no lo hicieron fueron ascendidos pero tu no.
– Cuando te estafaron financieramente
– Cuando tu pareja te fue infiel
– Cuando te comparaban con otras personas.
– Cuando lo hacían y veías el sufrimiento del comparado.
– Cuando falleció un ser querido y te dio dolor y bronca porque te dejó.
La lista seria interminable, tu podrás completarla con lo que entiendes que no podes perdonar y que te produce amargura.
Rechazo: En la época de Jueces, en capítulo 11 habla de un hombre guerrero, valiente fue rechazado y echado por sus hermanos y familia porque era hijo de una prostituta, pero luego, como estaban en problemas lo buscaron para que los ayudara en una batalla y él, que los perdonó luchó a su favor y ganó la batalla. Pero hasta que no perdonó, hacía lo incorrecto porque a causa del rechazo dice que se junto con gente malhechora.
Pueden haberte rechazado en muchos lugares y hoy no estas haciendo lo correcto, hablas de esa persona, no valoras tus logros, no tomas lo que te pertenece. No perdonas al que te abandonó, al que te rechazó, te encarcela, te apresa y te hace decidir desde el dolor, por sentimientos; y es posible que te arrepientas de esas decisiones.
Una persona abandonada y rechazada o mal amada por su familia crecerá sintiéndose inmerecedora del amor y buscará inconscientemente amores, relaciones donde saldrá lastimada y víctima de los demás.
Cada palabra y cada persona que te lastimó y te provoco dolor, sentimientos de amargura llegan a ser como una cárcel para tu vida.
Hay tanta gente amargada por lo que le hicieron, o están resentidas porque los otros siguieron con sus vidas Ej: Tu pareja te dejó y estás amargado, pero él o ella ya tienen nueva familia.
Amargo= se relaciona con lo ácido. Es lo contrario a lo dulce. ¿Viste alguna persona resentida ser dulce? Tal vez aparentemente no lo son, pero cuando son presionados un poco por ciertas circunstancias que lo incomodan se manifiesta la amargura en las siguiente formas:
– En sus respuestas.
– En Pensamiento negativos limitados.
– En la desesperanza.
– En ofensas que no olvidan.
¿Cómo nacé la raíz de amargura? Para que haya una raíz primero tiene que haber una semilla, y esa semilla debe haber sido regada y cuidada. La falta de perdón es la semilla que da origen a la amargura.
Piensa en quien te dañó en algún momento. Ese daño, es la raíz el daño inicial, pero siguieron otros daños, otras personas y el resultado es tu vida estancada, cada vez que recuerdas lo que te hicieron no puedes salir del dolor porque siempre con una nueva bronca cuidas la amargura y la amargura sigue ahí, encarcelando tu corazón.
Amargura va de la mano con la esclavitud. Cuando los hebreos iban a salir de Egipto el Señor les dijo que celebraran la Pascua, y aun hoy siguen celebrandola de este modo: tenían entre otras cosas que comer hierbas amargas para recordar de dónde el Señor los había sacado. De esclavitud a libertad. La falta de perdón es ácida, amarga, es veneno que busca borrar tu identidad de vencedor, te genera actitudes de mal humor, te hace creer que lo que estas viviendo será así para siempre, vives creyendo que todos se complotan contra ti porque no tienen hacia esa persona tus mismos sentimientos. Es veneno que te está matando en vida, cada bronca nueva es un sorbito de veneno, que te acomoda y encarna el traje de preso, de cautivo cuando en verdad naciste para ser Rey o Reina del Señor.
La falta de perdón hacia quien te daño, o hacia ti mismo te hace huir de los buenos propósitos, porque piensas que no te los mereces y boicoteas puertas abiertas de gente que te ama y al bueno y verdadero amor.
¿Qué es perdonar? es hacerte un favor a ti mismo. Perdonar es evitar ser envenenado, es salir de la cárcel, es sacarte el traje monótono rayado de preso y ponerte el que te corresponde, el de rey o reina, y crecer en una persona dulce, agradable con color, lleno de vida. Para crecer con una personalidad atractiva, con actitud de fe ante los problemas esperando cada día lo mejor y creciendo día a día en el poder y en el amor del Señor.
¿Cómo perdono? Juan 20:22 dice: «Soplo sobre ellos y les dijo: reciban el Espíritu Santo, a quienes les perdonen sus pecados les será perdonado y a quienes no, no les serán perdonados». El Espíritu Santo sopló sobre ti, y en lo primero que te habilitó es en la capacidad para perdonar. Puedes perdonar o no, pero no hacerlo es vivir preso y tener cautivo tu corazón. Dentro tuyo habita el Espíritu Santo que te ha capacitado con fuerza y habilidad para perdonar. A veces decimos “no puedo” y no es cuestión de poder si no de hacer. A veces decimos: «no siento que se merezca mi perdón». Humanamente no, pero tu eliges vivir en libertad y correr sin peso hacia los planes de Dios, o quedarte solo con lo que misericordiosamente el Señor te da. Dios no te obliga a perdonar pero te capacitó con su Espíritu Santo para que lo hagas.
Has vivido atado a un dolor, una persona, o una traición pero eso sucede por qué no pudiste perdonar. Hoy di: «Espíritu Santo sopla en mí y dame fuerzas, elijo perdonar y liberar a esa persona de su deuda emocional conmigo». Elijo caminar como hijo/a del Rey, en libertad. Perdono y le deseo el bien, que te conozca como su salvador. Perdono y clamo por la restauración de mi presente y futuro. Perdono a pesar de mis sentimientos.
Escrito por Ana Castets avanzapormas.com
Robert Lora
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