La pregunta surgió un viernes en la tarde entre colegas, y el debate dio pie a muchas ideas intercambiadas entre té helado y café. La respuesta, si estás hablando literalmente es ninguno de los dos, ya que la llave sin candado no sirve para nada, y el candado sin llave no puede cumplir su cometido a cabalidad. Sin embargo metafóricamente el candado y la llave son complementos.
Hoy por hoy el tema del complemento perfecto se ha distorsionado por una idea Hollywoodense. No se busca en la pareja, se busca un ideal. Peor aún se busca un “roommate”, un “sugardaddy”, en otras palabras una persona que supla todas las necesidades del otro, el vacío emocional, financiero y hasta espiritual. La realidad es que Dios es el único que suple todas las necesidades del ser humano.
Sin embargo, el hombre y la mujer son el uno para el otro como el candado y la llave. Pero si las cosas fueran tan fáciles, los candados no se oxidaran, las llaves no se perdieran, no existieran candados con combinaciones, y sin llaves y así cientos de escenarios divergentes del propósito original de ambas piezas. Con el ser humano sucede lo mismo, Dios nos diseña con una idea original de familia, y el tiempo, la cultura, la sociedad y las malas experiencias desvirtúan el modelo sagrado.
¿Qué hacer para cuidar ese diseño? Pues tal vez no habías pensado que lo primero debe ser la intencionalidad. Mantener el modelo de Dios vigente en tu relación. Solo tú puedes tomar esa decisión. Segundo establecer parámetros de expectativas sanas. No imponerle a tu cónyuge el peso de suplir la falta emocional de un padre ausente, una madre poco atenta, un ex novio indiferente.
Es importante en segundo lugar filtrar las expectativas que tenemos sobre la persona que ha de estar a nuestro lado para toda la vida. Según Dale y Susan Mathis en su libro “Cuenta regresiva para parejas”, todos tenemos expectativas para el matrimonio. Estas vienen de experiencias pasadas, circunstancias actuales, y hasta de sueños y metas para el futuro. Saber cómo estas expectativas afectan tu vida y relación es importante para la salud del matrimonio. Dios también tiene expectativas para el matrimonio (Gen 2:24) El espera que la pareja deje su familia original para unirse el uno al otro, espera que se honren, se sirva, y que además se acepten. Espera que se amen, sean misericordiosos, y perdonadores y que sean pacientes mientras aprenden y crecen juntos.
Otra clave para lograr esa relación sana que tanto anhelas es dejar de actuar como los personajes de cuentos Peter Pan y Wendy. Los Doctores Luz y José González en su libro “De la mano hasta la eternidad” hacen referencia a esta dinámica donde el hombre se resiste a madurar y crecer emocionalmente y la mujer siente la necesidad de controlar tanto a su pareja que se convierte en madre en lugar de esposa. La salida es dejar que cada desarrolle el rol asignado por Dios y trabajen ambos por un “bien común”.
Al final del día entender la hermosura y grandeza de los regalos de Dios, como lo son una pareja depende mucho de entender el amor que nos tiene. Mientras más profunda tu relación con El, más afianzada estará tu identidad y auto estima. Evitando ser víctima de expectativas irreales, o roles invertidos. Entendiendo que como el candado y la llave, la pareja se hizo el uno para el otro.
Escrito por Johanna Torres / CVCLAVOZ
Robert Lora
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