#QuédateEnCasa es el grito de batalla que busca resguardar a la población del COVID-19. Muchos estamos recluidos en nuestros hogares y tomamos medidas para evitar un posible contagio. Pero independientemente de tu situación, existe una realidad que no puedes ignorar: tu vida espiritual, tu testimonio, y tu relación con Dios no pueden estar en cuarentena.
La analogía que usa Pablo en 1 Corintios 9:25 nos recuerda que hoy los gimnasios están cerrados. Pero los deportistas de alto rendimiento no detienen su entrenamiento; siguen las instrucciones, se concentran, y continúan preparándose para ganar.
No pretendo ser un entrenador de tu localidad, pero me gustaría hablar contigo sobre tres ejercicios que te permitirán crecer en tu vida cristiana.
Orar es una actividad esencial
“Si no permanecemos en la oración, vamos a permanecer en la tentación”.
—John Owen.
Algunos gobiernos ordenaron el cese de labores excepto de las empresas consideradas esenciales. Así también, la oración es esencial en la vida espiritual y no debería cesar. Jesús nos dio el ejemplo perfecto de esto (Lc. 5:15-16).
Como cristianos, necesitamos ese tiempo a solas con Dios diariamente, aunque la vida nos presente obstáculos. Encuentra ese momento cada día, ya que tenemos mucho por qué orar. Hay miles de personas que mueren a causa de esta enfermedad, y muchas de ellas sin Cristo.
Ora por las necesidades de las iglesias en el mundo, por tu iglesia local, y por que Dios le conceda sabiduría a los pastores para liderar en este tiempo. Quizá en algún momento pensaste: “Si tuviera menos compromisos, tendría tiempo para orar”. Pues estamos en esos días. ¿Cómo estás aprovechando el tiempo? Meditemos en las palabras de Pablo: “gozándose en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración” (Ro. 12:12).
No dejes tu lectura para después
“El vigor de nuestra vida espiritual será en exacta proporción al lugar que la Biblia ocupa en nuestras vidas y pensamientos”.
— George Muller.
Hace unos días, el gobierno de los Estados Unidos anunció una prórroga de tres meses para la declaración de impuestos debido a la situación actual. Sin duda, algunas cosas importantes en la vida pueden posponerse. Sin embargo, como cristianos, no podemos postergar nuestra lectura bíblica.
Recordemos cómo Pablo deseaba que la palabra de Cristo habitará en abundancia en los corazones de los creyentes, pues ella permitirá que cantemos con acción de gracias en nuestros corazones (Col. 3:16).
Nuestro alimento espiritual es vital para crecer a la imagen de Cristo. No hay razón para dejar de leer la Palabra de Dios. Ahora es el tiempo para quedarte en casa, estudiar la Biblia, y leer libros pendientes. Busquemos más intimidad con Dios para ser instrumentos de barro que glorifiquen Su nombre.
Comparte la luz de Cristo
“Así brille su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”, Mateo 5:16.
Sin duda, en estas semanas has visto muchos comentarios cargados de temor y confusión. Las redes sociales están inundadas de publicaciones cuya esperanza no descansa en verdades eternas. Mucha gente demanda soluciones a sus gobernantes, otros gritan desesperadamente como resultado de su incredulidad.
Hoy, más que nunca, el mundo necesita la luz de Cristo (2 Co. 4:6). Este es el momento perfecto donde puedes darle “Compartir” a tu testimonio de manera que otros sepan que existe una esperanza eterna. Únete a #JesúsCambióMiVida y proclama desde tus redes sociales el evangelio. Recuerda las palabras de Pablo: “Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación” (Ro. 1:16).
Es verdad que nuestra salvación no es por obras, pero somos llamados a seguir las pisadas de nuestro Maestro (1 P. 2:21). De manera concreta, debemos aprovechar el tiempo y andar en sabiduría (Ef. 5:15-16). La cuarentena no es para ponernos al corriente con las series de TV o terminar el videojuego pendiente.
Conclusión
Querido hermano, es sencillo: la oración, la lectura de la Biblia, y el evangelismo no están en cuarentena. Necesitamos practicar estos ejercicios espirituales, pero no para buscar un reconocimiento terrenal sino para recibir la corona incorruptible (1 Co. 9:25).
La cuarentena es el momento ideal para cultivar tu relación con Dios a fin de que crezcas en Su conocimiento (2 P. 3:18). Que Dios nos conceda sabiduría en este tiempo, de manera que en el futuro miremos atrás y estemos contentos por haber glorificado a Dios durante esta cuarentena.
Fuente: Coalición por el evangelio
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