En la reflexión anterior hablábamos sobre lo que es la fe, la superioridad de Cristo como consumador y la esencia de la fe, sobre el concepto de fe. Leer más: Reflexión | La Fe

Relación entre la fe y la obediencia

Normalmente pensamos que hay un conflicto entre la fe y la obediencia, pero veremos en las Escrituras que la fe y la obediencia no pueden verse como dos acciones separadas, sino, como parte del mismo todo.

  1. La obediencia por fe.

Pablo usa frecuentemente la expresión «La obediencia de la fe», hablando de Cristo, en Romanos 1:5, Romanos 16:26, Hechos 6:7

¿Qué quiso decir con OBEDIENCIA DE LA FE? La obediencia de la fe es la obediencia que produce la fe, o la que proviene de la fe. Pablo dice que el evangelio es para ser predicado y traernos a la obediencia producida por la fe.

Hay dos clases de obediencia

  1. La producida por la fe divina
  2. La producida por el raciocinio humano

Una proviene de Dios, la otra del hombre. El hombre puede actuar debido a varios motivos, o influencias. El motivo que influye en el hombre para actuar es importante. Para ilustrarlo, «un hombre puede ser honesto en su trabajo o negocio porque le pagan. Tal vez él no sepa que Dios espera que sea honesto; simplemente lo hace, porque considera que es buena práctica y da buenos resultados en su negocio». Esta sería la obediencia por razón humana.

La obediencia cristiana puede apelar a la razón del hombre pero generalmente no lo hace; y hay un motivo para ellos: Dios desea saber a qué se debe que le obedezcamos, si por fe y amor a él o tenemos otros motivos.

En todas las edades Dios ha escogido ciertos actos que demuestren claramente la fe que el hombre tiene en Dios; por ejemplo, hasta donde Eva podía ver o pensar, no había razón poderosa que le impidiera comer del fruto prohibido. Era bueno para comer, era agradable a los ojos y era deseable. El único motivo para no comerlo era que Dios lo había prohibido, y cuando ella lo comió, fue un claro caso de desobediencia.

Dios requiere obediencia para probar nuestra fe.

por ejemplo en la inmersión por el bautismo cristiano.

Mucha gente dirá, «No veo la conexión entre el bautismo cristiano y el que yo acepte a Dios». Desde el punto de vista racional, esto es cierto; no hay manera humana de explicar cómo es que la inmersión es parte esencial para ser cristiano, la razón: Cristo la ordenó (Marcos 16:16). Pedro dijo en Hechos 2:38, «Arrepentíos y bautícese (sea sumergido) cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para remisión de pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo».

Esto es la prueba de su fe y amor hacia El. Jesús dijo: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Juan 14:15). El bautismo es una prueba de obediencia a Dios.

La obediencia es, simplemente, fe en acción.

Esto es lo que Santiago tuvo en mente cuando escribió que si la fe no es expresada en obediencia o acción, no es fe verdadera. Hasta los demonios creen en Jesús, pero no resulta en obediencia (Santiago 2:14-26).

Al mismo tiempo nos recuerda que Abraham probó su fe cuando, por medio del a obediencia, ofreció a Isaac en sacrificio. La obediencia no es algo que el hombre hace además o aparte de la fe; es, en si, su fe en acción. alguien no podrá tener fe verdadera si, al menos, no la dirige hacia la obediencia. Un entendimiento claro de esto anulará cualquier pregunta como: ¿Es el hombre salvo solamente por fe, o solamente por obediencia?, ya que es salvo por ambas. Ilustremos esto: ¿cual hoja de las tijeras hace el corte? lo cierto es que ambas hojas efectúan el corte. Para obtener salvación debemos aplicar tanto fe como obediencia. No podemos separarlas.

Los beneficios de la fe.

La fe es el punto vital de la vida cristiana.

Es esencial para recibir todas las bendiciones de Dios.

En todas las edades Dios ha salvado al hombre, y le ha bendecido bajo el principio de la fe. Efesios 2:8 dice «porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es donde Dios.»

GRACIA es la palabra que resume el principio sobre el cual Dios bendice al hombre. Esto se debe a que el amor, la misericordia y todos los beneficios de Dios para el hombre son motivados por la GRACIA. La única actitud positiva del hombre que le permite recibir las bendiciones de Dios es la fe. Es la llave que abre las puertas de los tesoros celestiales.

Algunos de los beneficios de la fe son:

1. Asegura la salvación para el hombre:

Pedro, hablando de la conversión de los gentiles, dice: «Y ninguna diferencia hizo (Dios) entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones (Hechos 15:9)». En Hechos 10:43 Pedro dice: «De éste (Jesús) dan testimonio los profetas, que todos los que en él creyeren recibirán perdón de pecados en su nombre.»

La fe es la respuesta del hombre hacia la salvación que Dios ofrece.

Como se ha mencionado antes, cuando las Escrituras hablan de ser salvos por fe, se entiende que esa fe es expresada en obediencia. Como prueba, Pedro en su primera carta (1:22) dice» Habiendo purificado vuestras almas pro la obediencia a la verdad.» (También Romanos 6:17,18.

2. La fe agrada a Dios. Hebreos 11:6

Por supuesto, la mayor ofensa que el hombre puede hacer a Dios es dudar de su palabra. Jesús reprendió a sus Discípulos por esta debilidad más seguido que por cualquier otra falta. Refutar o abandonar la confianza en las promesas de Dios es un insulto a su amor, a su gracia y a su poder para bendecir al hombre. El escritor de hebreos dice, «SIN FE ES IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS.»

3. La fe trae paz al corazón del Cristiano

Jesús dijo a sus apesadumbrados apóstoles, cuando estaba para dejarlos: «No se turbe vuestro corazón; Creéis en Dios, creed también en mí» (Juan 14:1). Encontrarían ánimo para su triste corazón al ejercitar una fe genuina en Cristo y en Dios. Jesús dio la solución para todo temor y tristeza en Mateo 6:25-34. En términos más simples la solución es: SER IGUAL QUE UN NIÑO, confiar en el amor, en la bondad y en el poder de Dios.