Introducción
Es muy probable que muchos de nosotros, en algún momento de nuestro caminar en la fe cristiana, hayamos escuchado a alguien que profesa ser cristiano decir las frases «Yo declaro…, yo decreto…» para orar a Dios o como una forma de bendecir a otros, y hasta a sí mismo.
Lo cierto es que en toda la Biblia no vemos ningún registro de oraciones elevadas a Dios que contenga las expresiones antes mencionadas. Es por esto que debe llamar nuestra atención el hecho de que últimamente se escuchan mucho estas «expresiones de fe» de personas creyentes bienintencionadas como nosotros, y también de reconocidos predicadores cuyos sermones y publicaciones son transmitidos por diversos medios.
Se le llama «Palabra de fe» a un movimiento doctrinal falso que surgió en el cristianismo a mediados del siglo pasado y que enfatiza el poder sobrenatural de las palabras. Este movimiento tuerce la Palabra de Dios y aparenta ser bíblico, al punto que ha logrado infiltrarse en muchísimas iglesias cristianas, y como consecuencia, miles de cristianos sinceros hoy lo creen y fundamentan toda su vida sobre sus enseñanzas, creyendo equivocadamente que sus doctrinas son bíblicas.
Este movimiento tuvo su origen en una corriente denominada «Nuevo Pensamiento», el cual comenzó en el siglo XIX y ganó mucha popularidad en Estados Unidos en las primeras décadas de 1900. También se le conocía como «Mente Sanadora» o «Armonialismo».
Aunque este movimiento nace en el siglo XIX, sus orígenes se encuentran en las ideas del inventor sueco Emanuel Swedenborg (1688-1772) quien negó las verdades del cristianismo y enseñaba que el mundo físico era una extensión de la mente, y que por lo tanto la mente podía formar y dictar cosas materiales.
La enseñanza fundamental del movimiento de fe, y por la cual adquiere su nombre, es la creencia de que la fe es una fuerza o una ley inquebrantable que Dios estableció, tal como la ley de la gravedad, y que se ejercita para obtener beneficios a través de lo que se declara con nuestras palabras. Esta ley se activa al declarar positivamente lo que se desea obtener, creyéndolo como ya obtenido debido a que ha sido declarado con fe, independiente de la voluntad de Dios y de su soberanía. Esta fe no es la fe bíblica, resultado de la confianza total que da el creer en lo que Dios ha dicho y en la seguridad de esperar en El. Para este movimiento la fe es más un asunto de lo que decimos o declaramos en lugar de ser un asunto de en quien creemos o confiamos. Su base más que la fe en Dios es fe en nuestras propias palabras; fe en la fe.
¿Dios nos dice que hagamos estas cosas? ¿Será nuestra afirmación escuchada por más noble que parezca si no está de acuerdo con la voluntad de Dios?
- El asunto no es usar la palabra, sino, hacer la palabra. De modo que si llevas una vida carnal, aunque decretes, nada pasará, en cambio si llevas un vida en santidad, pidiendo, creyendo y esperando recibirás conforme a su voluntad. Nada podemos recibir si no está de acuerdo con el propósito de su voluntad y nada podemos declarar si no está de acuerdo con sus designios eternos.
- veamos el verdadero contexto bíblico de algunos pasajes que este movimiento utiliza fuera de su contexto.
Romanos 4:17 es usado para decir que «la fe llama las cosas que no son como si fuesen». El pasaje de Romanos nos dice que «Dios llama las cosas que nos que no son como si fuesen», Dios, no la fe. El contexto es que Dios le hizo la promesa a Abraham que sería padre de muchedumbres antes de serlo. Dios sabía lo que haría y le reveló su plan a Abraham llamando lo que todavía no era. Pero Dios no necesita ejercer fe, pues él es Dios, el causa las cosas por su poder, no por su fe.
Santiago 4:13 «¡vamos ahora! Los que dicen: Hoy y mañana iremos a tal ciudad (esto es ordenar según tu voluntad), y estaremos allá un años (esto es propio decreto), y traficaremos y ganaremos (esta es una declaración como bien a ti te parece)…»
¿Entonces cual debería ser la posición que debemos tener?
Santiago 4:15 «En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala…»
Todo plan que no ha sido puesto sobre la soberanía y voluntad de Dios es incorrecto y es llamado soberbia.
Lea solo Proverbios 6:2 dice «Te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios.» este verso ha sido utilizado para enseñar que lo que proclaman nuestros labios sucede, si confesamos prosperidad, tendremos prosperidad, si maldición o pobreza, obtendremos lo que confesamos.
Ahora Lea proverbios 6:1-4 ¿Está hablando este pasaje del poder mágico de las palabras dichas en fe? ¿Si o no, porque? ¿De qué habla este pasaje en su contexto?
¿Cuál es la forma correcta?
a.Según proverbios 14:12, Jeremías 17:9 e Isasías 55:8-9
¿Cree que los deseos y pensamientos que el hombre pide en oración a dios, deben ser siempre contestados por Dios?
b. Según el ejemplo de Jesús en Lucas 22:42 y 1ra Juan 5:14, y Mateo 6:10
¿Como debemos orar o pedir?
c. Analiza Juan 5:30 y Juan 12:49, Juan 5:14
¿como hablaba Jesús? ¿A qué estaban condicionadas las afirmaciones de Jesús?
d. Según Marcos 10:47-52, ¿a qué apela el cristiano al pedir al Señor?
Conclusión
En sus manifestaciones más suaves este falso movimiento ha frustrado a muchos cristianos que no obtienen lo han declarado a algunos los ha frustrado con Dios, a otros consigo mismo, pensando que quizás tienen pecados ocultos, o que no tienen suficiente fe, pues no han obtenido su confesión.
El error siempre daña, la falsa doctrina siempre lastima, pero el conocimiento de la palabra de Dios siempre trae libertad. Juan 8:32
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