En el tiempo de necesidad y aflicción, tenemos la debilidad de sentir envidia y compararnos a los demás, en especial con aquellos que les va bien siendo malas personas; son muchas las quejas en las que podemos escuchar cosas como: «¿por qué ellos son bendecidos si hacen cosas malas o dañan a otros?» Pero el Señor tiene una respuesta.

No sientas envidia porque cada uno tiene su camino

No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.

Salmos 37:1-3 (RVR 1960)

El Señor responde en su Palabra a esa inquietud y dice que no debemos sentir envidia porque cada uno recibirá en su tiempo el juicio y las consecuencias de nuestras acciones nos alcanzarán. Por tanto, no es nuestra parte mirar la vida de los otros, sino enfocarnos en nosotros mismos y lo que estamos haciendo para salir adelante.

Confía en Dios

Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.

Salmos 37:5 (RVR 1960)

La Biblia dice que no debemos impacientarnos, sino confiar y Él hará su obra. Si deseas que el Señor obre en ti es necesario que dejes de quejarte, de buscar culpables o compararte con los demás; deja la envidia a un lado y arregla tu vida, es posible que esa sea la razón principal por la que aún no recibes respuesta, ¿puedes descansar en su presencia?

Si estás enfrentando problemas no es sabio que te fijes en otros, te animo a confiar en Dios, pero no a tu manera, sino como dice su Palabra, en oración, sin dar lugar a la envidia y a la impaciencia, sólo a tu fe. ¡Confía y Él hará!

 CVCLAVOZ.