“Entonces Pilato, para calmar a la multitud, dejó a Barrabás en libertad. Y mandó azotar a Jesús con un látigo que tenía puntas de plomo, y después lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran.” Marcos 15:15 (NTV)

Cuando Jesús fue llevado ante Pilato por sus acosadores, los sacerdotes, ancianos y maestros de la ley, esperaron un juicio directo y que le dieran la pena de muerte; pero Pilato no halló nada malo en Jesús e incluso buscó la manera de dejarlo ir, pero la gente que odiaba al Maestro persistió en el pedido de muerte.

Existía una costumbre en el tiempo de pascua, la cual era soltar a un preso que el pueblo eligiera. Pilato procedió según esa costumbre y presentó al peor de todos lo presos, Barrabás, para que las personas presentes en aquel lugar pensaran si dejarlo libre a él o proseguir con el juicio a Jesús.

Este personaje era un violento homicida, rebelde contra el gobierno, insurrecto, revolucionario, un representante de la humanidad, un hombre que no daba la otra mejilla, que creía que con violencia podía alcanzar lo que quisiera, era todo lo opuesto a Jesús que nos enseñó a amar a Dios y al prójimo. Al final del juicio este hombre fue liberado por Pilato resultado de la petición del pueblo.

“Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo”. 2 Corintios 5:21 (NTV)

Jesús en ese tiempo tomó el lugar de Barrabás, toma en cuenta que también tomó tu lugar, no importa cuán complicado fue tu pasado, Él pagó por cada uno de tus pecados con su vida, te brindó vida eterna, un nuevo día para vivir plenamente, otra oportunidad. Si aún no lo conoces, te invito a hacerlo.

Por Carlos E. Encinas