Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino; y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor.  A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos.  Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos». Mateo 9:35-38 (NTV).

Al leer y meditar en este pasaje, surgió la siguiente pregunta: ¿La iglesia actual tiene compasión por las almas al igual que Jesús? Hoy en día podemos ver a jóvenes que están confundidos, no tienen rumbo ni propósito en la vida. Observamos familias desestructuradas donde la inmoralidad y el egoísmo prevalecen ante el  compromiso y el amor. Niños abandonados, que crecen sin afecto, rodeados de un entorno inseguro y de violencia. Como parte de la iglesia de Cristo, ¿Somos indiferentes ante esta realidad?

El apóstol Pablo antes de morir instruye al joven Timoteo para que no caiga en el conformismo ni en la comodidad, por ello le dice:

“En presencia de Dios y de Cristo Jesús —quien un día juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga para establecer su reino— te pido encarecidamente: predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno. Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena enseñanza”. 2 Timoteo 4:1-2 (NTV).

Muchos pueden caer en la tentación de acomodarse en la vida cristiana y sólo ser simples espectadores; pero tengamos presente que daremos cuentas a Dios de las oportunidades que tuvimos para presentar el evangelio, por esta razón cumplamos lo que nos ha encomendado.

Si has perdido el interés por las personas que se dirigen a una eternidad sin Cristo, te animo a que vuelvas al Señor para que nuevamente arda en ti la pasión  por estas almas.  En el corazón de Dios está que todos sean salvos, el Señor desea usar tu vida para que muchos conozcan de la esperanza que hallamos en Él.

El Señor puede darte una nueva visión para alcanzar a multitudes, Él  quiere tomar tu vida para hacer grandes cosas.

No calles ante la necesidad, hay vidas que están pidiendo a gritos ayuda. Abramos nuestros oídos y nuestra boca para dar a conocer las buenas nuevas.

CVCLAVOZ