Es triste que muchas personas sienten que el matrimonio es el final del amor. Pensamos que esto ocurre porque el amor pasa por diferentes etapas y hay quienes no quieren que el amor cambie. Lo cierto es que absolutamente todo cambia con el tiempo. Es posible que la pasión y emoción de los primeros meses en los que se conocieron, pasen, pero es algo natural. Es probable que no hayan pasado, sino que se transformaron.
Cuando vamos creciendo todos vamos tomando diferentes rumbos. Nuestro cuerpo, nuestra piel, todo va cambiando con el paso del tiempo. Y si decidimos casarnos, no debemos ir a la relación con una percepción errónea. No podemos ir pensando que el matrimonio es el final del amor. No lo es. Sencillamente, el amor va cambiando y tiene temporadas altas y bajas y tenemos que entenderlas. El amor también crece, se transforma y lo que necesitamos es mantenerlo activo. El matrimonio no es el final del amor.
El matrimonio no es el final, es el principio
Al decidir casarse, una pareja debe ir con la madurez suficiente para entender que el matrimonio es una unión para toda la vida. Es el principio de una vida juntos y deben tomar decisiones para lograr fortalecerse como pareja. Deben estar claros en que ninguna relación es fácil todo el tiempo. Pero también, estar dispuestos a trabajar fuerte para acordar términos en los cuales ambas partes estén contentas. Si logran acuerdos cuando haya diferencias, el matrimonio no es el final del amor. Pasa a ser el principio del fortalecimiento del amor. No tiene por qué ser el final. Puede crecer y seguir siendo amor, un amor maduro y compenetrado.
El matrimonio y las etapas del amor
Por lo general la pareja viene de diferentes crianzas, diferente educación. A veces incluso de diferente cultura. Tienen muchas cosas en común y se han enamorado. Pero para mantener el amor vivo, y la relación sólida, deben estar claros en que el amor pasa etapas y deben aprender a disfrutar cada una de esas etapas. Estar conscientes de esas etapas es buena ayuda para entender que el matrimonio no es el final del amor. La rutina, la convivencia traen cambios, pero si se apoyan y se comunican con honestidad, van a fortalecer la relación con cada diferencia. Deben comunicarse mutuamente sus necesidades particulares y lo que no los complazca de la convivencia.
Es importante enamorarse como dice esa cita y llegar a ser un equipo, donde haya admiración del uno por el otro, donde se respeten mutuamente, se apoyen y se ayuden. Permitirse espacios necesarios es clave. Espacios de tiempo para estar solos, espacios para compartir, él con sus amigos y ella con sus amigas. Sabiendo comunicarse bien, teniendo complicidad entre ambos, el matrimonio no tiene por qué ser el final del amor. Al contrario, puede ser el principio de un amor fuerte, sólido, que crezca a diario con cada detalle, cada momento compartido, cada palabra de aliento y cada caricia que se otorguen el uno al otro.
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