Muchas personas dicen que creemos en un Dios que no podemos ver. Y los dioses que han podido ver no han hecho las proezas y milagros que ha hecho nuestro Dios. Tal vez no lo vemos, pero lo sentimos, hemos visto Sus obras y creemos por fe. Lo amamos porque Él nos amó primero y nos puso amor por Él en el corazón.

Cuando decidimos que Jesús sea nuestro Señor y Salvador, cuando nos hacemos cristianos, sabemos que nos podemos poner en las manos de Dios. Le pedimos que dirija nuestras vidas y  supla todo lo que necesitamos. No sabemos de dónde viene todo, pero llega. Así nos ama Dios.

El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Juan 3:8 (RVR 1960)

Es Dios quien llena el vacío

No importa que digan que no lo vemos, pregúntales si ven el aire. Entonces, explícales que así es nuestro Dios, no lo vemos, pero lo necesitamos para vivir de verdad, para sentir lo que es estar plenos, porque solo Él llena el vacío que tenemos, ese espacio que nos dejó para que lo tuviésemos siempre con nosotros.

Es un espacio que solo es de Dios, necesitamos llenarlo con Él y Su presencia; solo dedicando tiempo y en oración constante con Él lo llenaremos. Es ese vacío que todos tratan de llenar con otro amor o con cosas materiales, con éxitos, triunfos, logros laborales y  siguen sintiéndose vacíos.

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados.

Hechos 2:2 (RVR 1960)

Nuestro Dios es como el viento

Así nos llega y nos llena el Espíritu Santo de Dios. A veces ni lo sentimos y otras nos envuelve y cuando nos damos cuenta, estamos llorando de emoción ante una enseñanza, ante la letra de una canción. Es maravilloso ese Dios que no vemos. A veces nos puede mover como un torbellino, para llevarnos donde quiere. Y sí, es como el viento y lo necesitamos para vivir.

 CVCLAVOZ.