Un necio se enoja enseguida,  pero una persona sabia mantiene la calma cuando la insultan. Proverbios 12:15 (NTV).

Es frecuente ver y escuchar a personas que no pueden controlar sus emociones. Generalmente esto es muy común cuando hay mucho tráfico en las avenidas y la gente tiene que llegar pronto a su destino, la combinación de la prisa y la imposibilidad de avanzar aumenta la tensión; y la situación empeora cuando las palabras de agravio ya no son suficientes e incluso hay personas que llegan a los golpes.

En la Biblia se relatan sucesos en los que hubo hombres que perdieron el control, uno de ellos fue Caín. Todo empezó en el momento cuando este ofreció como ofrenda algunos frutos de la cosecha de sus cultivos; pero Abel, su hermano, presento al Señor la mejor parte de sus corderos. En el instante que el Señor aprobó sólo la ofrenda de Abel, Caín se enojó mucho, por lo que Dios notó que su semblante había decaído; ante esta situación el Señor  lo cuestionó:

¿Por qué estás tan enojado? —preguntó el Señor a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído?  Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo. Génesis 4:6,7 (NTV).

El Señor conocía lo que Caín estaba pensando y lo que estaba sintiendo,  por ello lo orientó a no dejarse dominar por la ira y por ende cometer una falta. Pero lamentablemente él se rehusó a escuchar y seguir el consejo de Dios, se dejó dominar por el pecado y asesinó a su propio hermano.

¿Podemos tener dominio propio?

Dios nos da su consejo en su Palabra, y nos muestra cómo la pérdida del dominio propio  puede llevarnos a cometer actos incorrectos, por los cuales dejamos huellas en las otras personas, las mismas que a veces son imborrables.

No dejemos que la ira nos controle porque las consecuencias son desastrosas para nosotros mismos y para los que nos rodean. El Señor nos proveyó el poder de su Espíritu Santo para que cada día nos llenemos de Su presencia y así podamos reflejar sus frutos, entre ellos el dominio propio.

Te animo a ocuparte en tu vida espiritual, así podrás notar cambios en la manera que reaccionas ante un agravio; ten por seguro que te sorprenderás cómo adquirirás firmeza de carácter.

CVCLAVOZ