En San Juan 2:1-11 se relata lo ocurrido en el nacimiento de esta nueva familia en Caná de Galilea. Fue allí donde Jesús eligió suplir de forma sobrenatural la necesidad que se generó a causa de la escasez del vino.
Esto culturalmente era un amenaza al prestigio de esa casa, puesto que en ese momento (muy diferente de lo que vivimos hoy), si no había vino en las mesas, los invitados se sentían muy mal recibidos. Este imprevisto, generó una necesidad, la cual movió a Jesús a realizar un milagro maravilloso.
Cosas mayores verás
Tres días antes de esta fiesta, en San Juan 1:43-51 vemos como Jesús comienza a llamar a quienes luego serían muchos de sus discípulos. Inicia con Felipe y éste a su vez lo anuncia a Natanael. Jesús lo ve en una visión debajo de una higuera y esto sorprende muchísimo a este hombre; sin embargo, le profetiza que esto no era nada comparado con las cosas mayores que iban a experimentar.
Y justamente luego, asisten con él a la boda y con sus propios ojos ven los cántaros repletos de agua, transformarse en el mejor vino de todos.
Si bien estamos muy agradecidos con todas las respuestas que Dios nos ha dado y todas las bendiciones que hemos recibido, el Señor desea hacer en este tiempo cosas mayores! Por tanto, preparemos nuestros corazones para lo que Dios está por hacer!
El unirnos en oración (tal como el ejemplo de la mujer de Sunem y su marido en 2 Reyes 4:8-17) para atraer la presencia de Dios, el invertir tiempo con nuestros familiares (como el ejemplo del gadareno en Marcos 5:1-20), hacen que la indiferencia se evapore para darle lugar al amor, la paz y la unidad.
Veamos entonces cuales son las cuatro claves para ver milagros en casa:
1) Es necesario invitar a Jesús a nuestro hogar. Tal vez si Él no hubiese estado en esta boda, el caos por la falta de vino hubiera devastado a los novios. En cambio, si Jesús está en casa, siempre hay una salida para los imprevistos. El orden y la armonía se hacen presentes si Dios está morando en nuestra familia.
2) Es necesario unirse en oración: Cuando surgió el imprevisto, lo primero que hizo María fue llevar la preocupación a Jesús. El poder de Dios surge cuando hay una necesidad. Siempre las respuestas, la paz y la solución provienen de Él. Aunque a veces es más fácil pedir ayuda al ser humano, cuando decidimos orar y echar nuestra angustia a Dios, es cuando vemos milagros ocurrir. ¡Jesús va a abrir los cielos en tu casa!
3) Es necesario recibir la instrucción de la Palabra de Dios. En este pasaje se relata cómo María no solo llevó la necesidad a Jesús, sino que luego insistió en que todos le obedecieran en cada detalle. Las indicaciones del Mesías fueron colocar agua en una tinaja y luego servir el vino. Algo que a nivel racional, suena totalmente ilógico, extremadamente lejano a las leyes de la naturaleza. Sin embargo, fue así como sucedió. En otras palabras, hay veces que lo que Dios nos enseña se escapa a la lógica de la que estamos acostumbrados, no obstante, si le obedecemos, comprenderemos que Él siempre nos lleva a cosas mayores. Tenemos que aprender a confiar en la palabra de Dios. Así como el Señor les dio instrucciones a esta familia, también nos quiere enseñar a nosotros a recibir la Palabra, creerla y obedecerla para ver milagros.
4) Es necesario que permitamos que la fe nos inspire. A causa de ese milagro los discípulos creyeron en el Maestro y fueron inspirados a confiar y a ver cada vez más impactantes maravillas. Y aunque todo a veces parece mostrar que Dios no es el mismo hoy que en ese entonces, la realidad es que hoy podemos experimentar grandes milagros si lo hacemos parte de nuestra vida y le damos lugar a la fe. Simplemente es tiempo de levantar los brazos al cielo y esperar su respuesta porque sin duda, mayores cosas son las que vienen!
Aunque todavía podamos vivir situaciones complicadas, no debemos permitir la derrota en nuestra casa, sino todo lo contrario. Si Jesús está en nuestra familia, no hay lugar para el fracaso. Debemos por tanto, permanecer en Él y dejar que su Espíritu Santo nos ayude a madurar espiritualmente y así transmitir amor y paciencia en nuestro hogar.
Si le abrimos la puerta de nuestra familia, le llevamos nuestras cargas y obedecemos sus instrucciones no solo que terminaremos siendo inspirados sino también que seremos de inspiración a otros.
Conclusión
Dios tiene cosas grandes para ti. Vienen salidas milagrosas, problemas que comenzarán a resolverse. Solo tienes que invitar a Jesús a tu hogar y permitir que Él obre en tu vida y en la de tus familiares. Prepara tu corazón para ver cosas grandes en su presencia. Deja que llene tu vida con su óleo de gozo y que sane tu corazón de cualquier herida del pasado. Si le das el control de tu vida a Dios, entonces los milagros comenzarán a suceder!
Por el pastor Claudio Freidzon