Muchos cristianos vamos a la iglesia con la idea errónea de “sacar algo del servicio”, en lugar de ir allí para dar nuestra adoración a Dios. Este es un motivo egoísta de nuestra parte. Esta es la razón por la cual mucha gente, cuando el énfasis no está en Dios, que es el propio objeto de adoración, no se sienten satisfechas con el servicio de adoración.
Lo que la Biblia tiene que decir acerca de la adoración para muchas personas es de poca importancia, siempre y cuando estén felices y se sientan bien. Debemos estar preocupados con lo que Dios dice acerca de cómo Él debe ser adorado en lugar de lo que nosotros creemos que debemos ofrecerle.
Estados Unidos se ha destacado por tener una inmensa cantidad de gente orientada al entretenimiento. Tenemos muchísimas formas de diversión, pero aún queremos más. En nuestra época todo está diseñado para atraer a nuestras emociones y entretenimiento. Y nuestra sociedad da poca importancia a lo que es agradar a Dios en su adoración. Parece que hemos olvidado que el objetivo de nuestro servicio de adoración es darle gloria y honor a Dios, y no entretenernos.
El culto de hoy se ha desviado mucho de ser no más que un entretenimiento para la gente. Cuando tenemos coros para cantarnos a nosotros y conciertos para entretenernos, no estamos adorando a Dios, sino que nos convertimos en espectadores que van a entretenerse.
La adoración no es un evento para espectadores. No nos atrevamos a ser espectadores, porque en la adoración es Dios quien es el espectador. La gente tiene los papeles cambiados y tristemente muchas veces se pone más énfasis en cómo puede el servicio de adoración entretener más a la gente a favor de sí mismos y no a Dios. El servicio de adoración entonces se vuelve un espectáculo entretenido con los actores que van a recibir la alabanza y los aplausos. ¿Qué crees que Dios piensa acerca de este culto?
La adoración a Dios es santa y sagrada. El carácter sagrado de la verdadera adoración no debe ser sacrificado en los altares de entretenimiento orientado a los cuartetos, coros y grupos de entretenimiento. Como Hebreos 13:15 dice, debemos “ofrecer el sacrificio de alabanza a Dios, el fruto de labios que confiesan su nombre.”
Cuando nuestra adoración es agradar a Dios en lugar de a nosotros mismos, entonces y sólo entonces será nuestra adoración mucho más significativa y espiritualmente edificante para nosotros y aceptable a Dios. En cambio, cuando andamos en busca de esa “gran experiencia emocional” de la adoración y no la conseguimos, nos sentimos decepcionados y empezamos a culpar a los cantantes, el predicador, etc.
El mundo quiere que su servicio de adoración sea “más divertido”, y esto no es adorar a Dios en espíritu y en verdad. ¿Dónde en la Biblia podemos ir a mostrar que nuestra adoración está diseñada para complacer a los fieles? Nuestra adoración a Dios requiere el compromiso de nuestra parte.
La gente más bien tienden a adorar a Cristo como el bebé del pesebre en lugar de un Cristo como su Salvador crucificado. Quieren quedarse con el Cristo del pesebre que sienten que pueden ponerlo en una caja y vivir el resto del año como les plazca sin requerir ningún compromiso de su parte. Pero adorar a Cristo como nuestro salvador crucificado requiere un compromiso, un cambio total de nuestra vida, y la voluntad de hacer todo lo que Él dice en Mateo 10:37: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí. El que ama a hijo o hija más que a mí no es digno de mí. “Dios y Cristo debe ser lo primero en nuestras vidas, y esto requiere que nos comprometamos a ellos.
via netbiblestudy.net
Robert Lora
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