¿Cuándo fue la última vez que tuviste una piedra en la mano? La mayoría de nosotros vivimos arrojando piedras a nuestros semejantes -igual que los fariseos arrojaban piedras a las mujeres pecadoras- y por arrojar piedras nos olvidamos de nuestro verdadero propósito que es salvar a los perdidos. Pero el Señor nos dice que es hora de soltar las piedras que cargamos en contra de nuestros padres, nuestro cónyuge, nuestro jefe, nuestro profesor o nuestro hermano, por lo que alguna vez nos lastimaron. En vez de piedras, debemos arrojar redes para pescar almas; debemos dejar de ser guardias de prisión, para enfocarnos en ayudar a los necesitados…y un día notaremos que habremos soltado las piedras sin sentirlo.