El verdadero éxito es retroceder y llevar a alguien juntamente contigo. Cuando ayudas a alguien a ganar, te conviertes en un amigo de por vida. Siempre tendrás un lugar especial en su Corazón.
Ser exitoso no necesariamente te hace grande; lo que te hace grande es cuando retrocedes y ayudas a otras personas a ser grande. Si Dios te bendice es para que bendigas a otros. Lo que tú haces que suceda para otros, Dios lo hará suceder para ti. Cuando vivas de modo desinteresado y ayudes a otra persona a adelantarse, Dios se asegurara de que alguien este ahí para ayudarte avanzar.
Esta semana mira a tu alrededor. ¿ A quién ha puesto Dios en tu vida ? Esas personas no están ahí por accidente. Dios pone a personas en nuestro camino a propósito.
Tremenda reflexión !
Robert Lora
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