Diariamente vivimos bajo ataques dentro y fuera de la iglesia, mentales, físicos y espirituales, los cuales viene a nosotros con el objetivo de desenfocarnos de nuestro propósito divino, a tales ataques debemos y mantenemos la postura de renunciar y no aceptar la forma que usa para influenciarnos, sabiendo que Dios ha prometido vida eterna a aquellos que perseveran en santidad.

Santiago 4:7 Someteos pues a Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá.

Efesios 6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo.

Apocalipsis 2:10 Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.