Toda la vida he luchado contra la baja autoestima. Ahora que estoy en una silla de ruedas, aumentó en mí el sentir de que no valgo nada. Por causa de la enfermedad que sufro, perdí algunas de las capacidades que tenía y a veces me cuesta mucho ver cómo puedo ser útil, incluso para Dios.

Finalmente pensé en las muchas situaciones en que en la Biblia Dios se valió de personas comunes. Incluso Jesús nació en un establo, en el seno de una pareja joven sin experiencia. Unos simples pastores tuvieron un papel importante en el relato de la Navidad. Los discípulos fueron trabajadores: pescadores, un cobrador de impuestos, comerciantes. Aun así, ¡cómo difundieron la historia de la salvación!

Dios nos ha creado a cada uno de nosotros con nuestros propios talentos. Todos somos «. . . una creación admirable (Salmo 139:14, NVI)».

Dios comprende 
nuestras limitaciones y puede usarnos si estamos dispuestos. No es necesario ser «alguien especial». Todos somos valiosos ante los ojos de nuestro Creador y Dios nos usa para colaborar en edificar su Reino.

Sra. Sandra Vaughan (Pensilvania, EE.UU.)