¿Quién recibe la bendición de la justificación de Dios? ¿Quién se beneficia de la bienaventuranza del perdón de los pecados? ¿Esta bendición es sólo para los judíos o es también para los gentiles? [Un judío es alguien que desciende de Abraham, Isaac y Jacob; gentil es todo aquel que no es judío]. Cuando se trata de justificación y perdón, ¿tienen los judíos un monopolio? Uno podría pensarlo así dado los hombres que Pablo cita como ejemplos: Abraham es considerado el padre de los judíos y David era el rey más famoso de los judíos. ¿Qué de los gentiles? ¿Hay alguna bendición para ellos? Pablo responde esta pregunta en otra parte del libro de Romanos: ver Romanos 3:22 (la justificación de Dios es para todo aquel que cree) y Romanos 3:29 y Romanos 10:12-13.
Una vez más Pablo se refiere a Génesis 15:6, el pasaje clave que muestra que Abraham fue justificado por fe. Basándose en este pasaje, Pablo hace una pregunta importante en el versículo 10: Cuando Abraham fue justificado (en Génesis 15:6), ¿él era un judío o un gentil? ¿Él estaba circuncidado o incircuncidado? Qué fue primero, ¿su salvación o su circuncisión? La respuesta es muy obvia. Abraham fue salvo (Génesis 15) mucho antes de ser circuncidado (Génesis 17:24). De hecho, después que Abraham fuera salvo nació su hijo Ismael (Génesis 16:11) y este niño tenía 13 años de edad cuando Abraham fue circuncidado (Génesis 17:25). De modo que Abraham fue justificado y luego, más de 13 años después, él fue circuncidado. Como Stifler dijo en su comentario de Romanos: “Pablo puso de cabeza la jactancia de los judíos. No es el gentil el que tiene que adoptar la circuncisión de los judíos para ser salvo; es el judío el que tiene que venir a la fe gentil, esa fe que tenía Abraham mucho antes de ser circuncidado”
Significado de la circuncisión:
La mayoría de los judíos en tiempos del Nuevo Testamento estaban totalmente convencidos de que la circuncisión no era solamente la marca única y exclusiva que los separaba de todos los demás hombres como pueblo escogido de Dios que eran, sino que también era el medio por el cual ellos llegaban a ser aceptables para Dios.
La circuncisión significa dos cosas:
1) UNA SEÑAL – las señales están para indicar algo, y en este caso, la circuncisión indicaba hacia la fe que Abraham tenía y hacia la justicia que se le acreditaba. La circuncisión se convirtió en una señal de la relación de pacto entre Dios y su pueblo, pero el pacto no se estableció con base en la circuncisión.
2) UN SELLO—los sellos se utilizaban en el mundo antiguo para demostrar que un documento era auténtico (si recibías una carta del rey y ésta traía el sello del rey, sabrías que era un documento genuino y que no era una carta
falsificada). La circuncisión cumplía esta función de sello de la justicia de la fe que Abraham tuvo estando aún incircunciso. En otras palabras, cada vez que se realizaba la circuncisión el pueblo de Dios debía recordar la justicia
de Dios que Abraham había recibido, la cual viene a través de la fe, completamente aparte de la circuncisión.
Usemos la imagen del anillo, esta es una señal o un sello del amor del esposo, de su promesa y del pacto en que él y la esposa han entrado. Aun así, no es correcto gloriarse en el anillo: realmente no es lo importante aun cuando este hecho de oro Ofir. ¿Qué significado tendría el anillo de bodas en el dedo de una mujer soltera que se lo ha comprado y se lo ha puesto? No significaría nada pues sin la ceremonia ella seguiría siendo soltera, seria pura formalidad. ¿Qué valor tiene la circuncisión sin la fe en Cristo? ¡Ninguno! Se habrá soportado el dolor en vano, pues la persona que sufre la intervención seguirá siendo un incrédulo destinado al infierno. La fe es lo importante y Abraham la ejerció antes de ser circuncidado. Así Abraham es el padre físico solo de los judíos pero también el progenitor espiritual de todos los que creen en Cristo.
La circuncisión de Abraham indicaba la autenticidad y realidad de su fe. Abraham no fue justificado porque fue circuncidado; él fue circuncidado porque había sido justificado. Lo mismo es válido hoy en día con el bautismo en agua. Un hombre no es salvo porque ha sido bautizado en agua; él es bautizado en agua porque ha sido salvo. No es el rito el que hace justo a un hombre ante los ojos de Dios. Primero tienes que estar bien ante los ojos de Dios (por fe) y luego, lo apropiado es el bautismo.
Abraham es el padre de TODOS LOS QUE CREEN (Romanos 4:11). Él es el padre de los fieles. Todo verdadero creyente puede decir, “Abraham es mi padre y yo soy su hijo”. Todo creyente gentil puede decir esto (Romanos 4:11) y todo creyente judío puede decir esto (Romanos 4:12). Los judíos incrédulos pueden alegar una descendencia física, pero cuando se trata de la fe, ellos no llevan la marca de la familia (ver Mateo 3:7-10 y Juan 8:33, 37, 38, 39-44). Los hijos deberían parecerse a sus padres, y los incrédulos no se asemejan espiritualmente a Abraham, que era un creyente.
Los otros pasajes que enseñan que Abraham es el padre espiritual de los creyentes son Romanos 4:16 y Gálatas 3:7, 8, 9, 14, 26-29 (los que pertenecen a Cristo por fe son la simiente de Abraham) y compare Lucas 19:9. El relato de Lucas 16:19-31 es muy interesante a la luz de lo que acabamos de aprender. ¿Quién es el “Padre” (Lucas 16:24) que es visto en el paraíso? De hecho, el nombre mismo de ese lugar es llamado “el seno de Abraham” (v. 22). Ese es el lugar al cual van los creyentes y Abraham es el padre de los creyentes. La tragedia es que el hombre rico nunca conoció a
Abraham como a su padre espiritual (v. 24). Él era rico, pero no era rico en fe (comparar Santiago 2:5).
Físicamente, Abraham no era solamente el padre de los judíos (los que vienen de Isaac y Jacob), sino también era el padre de los que vienen de Ismael (los árabes) y de los que vienen de Esaú (los edomitas).
Espiritualmente, Abraham es el padre de todos los que creen, tanto judíos como gentiles. Génesis 22:17 quizás sea una referencia tanto a su descendencia terrenal o física (“arena”) como a su simiente celestial o espiritual (“estrellas”). O también puede ser dos maneras distintas de decir la misma cosa – que la descendencia de Abraham sería innumerable.
Abraham es el padre de los incircuncisos que creen y, también de los circuncidados que ponen su fe en el Señor. Una fe interna, vital y orgánica es el factor crucial, no el quitar el prepucio. El argumento establecido por Pablo es que no basta con que el judío diga: “He sido circuncidado”, sino que debe hacer lo que Abraham hizo, o sea, debe creer en Aquel que justifica al impío.
¿Estás tú siguiendo en “las pisadas de la fe” de Abraham (Romanos 4:12)? ¿Llevas la semejanza familiar? ¿Tomas a Dios por Su Palabra? ¿Crees en el mismo Dios en el cual confiaba Abraham?.
Noticias relacionadas
¡Suscríbete a nuestro Canal!
Suscríbete ahora
* Recibirá las últimas noticias y actualizaciones sobre tus ministerios favoritos!