Las diferentes situaciones de la vida pueden hacer que nos sintamos cansados, agobiados y abrumados por todo lo que tenemos que enfrentar y que escapa de nuestro control. Y es así como llegamos a un estado mental que nos impide ver los bueno de la vida; por esa razón en esos momentos debemos acudir a la Biblia en busca de ayuda.

Estos son algunos versículos bíblicos que te ayudarán cuando te sientes abrumado; te servirán para poner tu confianza en Dios, para no ahogarte en tus problemas y tener paz en medio de la tormenta. Recuerda que en nuestros peores momentos no estamos solos: Jesús siempre está con nosotros, dispuesto a ayudarnos.

Versículos bíblicos para leer cuando te sientes abrumado

¡Dios mío, yo te amo
porque tú me das fuerzas!
Tú eres para mí
la roca que me da refugio;
¡tú me cuidas y me libras!
Me proteges como un escudo,
y me salvas con tu poder.
¡Tú eres mi más alto escondite!

Salmos 18:1-2 (TLA)

El que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, dice al Señor: «Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»

Salmos 91:1-2 (DHH)

Cuando me vi abrumado por la angustia, tú me brindaste consuelo y alegría.

Salmos 94:19 (RVC)

Miro a lo alto de las montañas en busca de ayuda, ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda vendrá del Señor, el creador del cielo y de la tierra.

Salmos 121:1-2 (PDT)

Cuando estoy por rendirme, tú, Señor, sabes por dónde debo ir.

Salmos 142:3 (RVC)

El nombre del Señor es una fortaleza a la que el justo acude en busca de ayuda.

Proverbios 18:10 (RVC)

Dios hará vivir en paz a quienes le son fieles y confían en él. Dios es nuestro refugio eterno; ¡confiemos siempre en él!

Isaías 26:3-4 (TLA)

No temas, que estoy contigo; no te angusties, que soy tu Dios. Te doy fuerza y voy a ayudarte, te sostiene mi diestra salvadora.

Isaías 41:10 (BLPH)

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Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.

Jeremías 17:7-8 (NTV)

En cuanto a mí, busco la ayuda del Señor. Espero confiadamente que Dios me salve, y con seguridad mi Dios me oirá. ¡Enemigos míos, no se regodeen de mí! Pues aunque caiga, me levantaré otra vez. Aunque esté en oscuridad, el Señor será mi luz.

Miqueas 7:7-8 (NTV)

No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.

Mateo 6:34 (DHH)

No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.

Filipenses 4:6-7 (TLA)

Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.

1 Pedro 5:7 (NTV)

CVCLAVOZ.