Hay ocasiones en nuestras vidas en las  que no sabemos cómo continuar el camino que alguien más ya lo empezó, tal vez por alguna razón esa persona ya no está y creemos que el peso que llevaremos sobre nuestros hombros es demasiado para nosotros y nos sentimos incapaces de tomar la batuta que nos han pasado.

¿Te ha tocado vivirlo? También a Josué, hijo de Nun a quien Dios eligió para asumir ese reto tras la muerte de Moisés, quien fue un gran líder utilizado por el Señor, a través de él Dios abrió el mar rojo, brotó agua de la peña y pasaron cosas extraordinarias. Por supuesto que no era fácil liderar a un pueblo infiel que con mucha frecuencia olvidaba las maravillas de su Señor hacía por ellos, pero lo logró.

Ahora era turno de Josué, quien por años permaneció junto a Moisés, observándolo de cerca.

Imagino que Josué se sentía atemorizado ya que todo el peso de la responsabilidad caía sobre sus hombros, por supuesto que era imposible reemplazar a un hombre como Moisés y hacer las cosas que él hizo. Solamente pensar que tenía que combatir pueblos de gigantes y tener que invadir ciudades amuralladas eran razones suficientes para sentirse intranquilo y tal vez retroceder para no seguir; de hecho, cualquiera de nosotros en su lugar lo haría. Por ello, en medio de toda inseguridad y temor es que Dios se presenta ante Josué para darle estas palabras de aliento:

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 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Josué 1:9

En todo el capítulo Dios le dice a Josué tres veces “Esfuérzate y sé valiente”, en otras palabras: saca fuerzas de donde no tienes para dar lo mejor de ti y “No te desanimes, que yo estaré contigo”.

Así como Dios le dijo a Josué, te lo dice a ti que tienes que emprender algo nuevo en tu vida o asumir una responsabilidad mayor a la que tenías antes.

Josué encontró fuerzas, valentía y ánimo para realizar la labor que Dios le encomendó, al saber que Él estaría de su lado donde quiera que fuera.

Si sabemos que el ser más poderoso y maravilloso de todos está con nosotros ¿De quién temeremos? ¿Por qué nos rendiremos? ¿Por qué habríamos de desanimarnos?

Recuerda: “Nunca estarás solo, Dios estará contigo donde quiera que vayas”.

 

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