Para ubicarte un poco en el pasaje que vamos a hablar, el pueblo de Israel estaba saliendo de la esclavitud de Egipto y ya estaban en el desierto, habían cruzado el mar,
habían pasado por los primero peligros, ya se habían quejado delante de Dios que después se puso enardecido por esto.
Moisés intercedió por el pueblo y el Señor detuvo su ira. Éste pueblo se había ido desde Egipto hacia la tierra prometida, junto con ellos iba el populacho.
Números 11:4 “al populacho que iba con ellos le vino un apetito voraz y también los israelitas volvieron a llorar y dijeron – quien nos dará carne, como echamos de menos el pescado que comíamos gratis en Egipto. También comíamos pepinos, melones, puerros, cebollas y ajo. Pero ahora tenemos reseca la garganta y no vemos nada que no sea este maná”.
El pueblo se quejaba porque tenían solamente maná, querían comer carnes, entonces el Señor les envía las codornices pero junto con las codornices también apareció peligro. Ellos tenían que ir a la tierra prometida y Moisés estaba en una constante charla con el Señor, estaba en contacto directo con el Dios que cumplía su sueño. Dios le dice a Moisés que envíe a su gente, príncipes de cada una de las tribus para que inspeccione e investigue la tierra donde ellos iban a estar ingresando.
Números 13:28 dice que cuando vuelven los israelitas de hacer esa inspección hay unos cuantos que dan un informe totalmente negativo. Eran diez los que dijeron que el lugar era un desastre dijeron “Pero el pueblo que habita allí es poderoso y sus ciudades son enormes y están fortificadas. También vimos allí a los hijos de Anac. Amelec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán. Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés y dijo: subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque mas podremos nosotros que ellos. Mas los varones que subieron con él dijeron: no podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel falsos rumores acerca de la tierra que habían explorado”.
Números 14:7, acá habla Caleb y dice “y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: la tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.”
Mujeres que van por mas
Hay mujeres que se juegan por lo que saben que Dios les ha prometido. Son mujeres que han descubierto que antes no tenían sueños y ahora los tienen, o que los tenían pero quedaban en fantasías y no pasaba nada. No lo podían alcanzar nunca pero hoy en día descubrieron que los pueden alcanzar.
Pero también hay otras mujeres que ven el sueño pero lo ven a la distancia. Lo ven como una vaga posibilidad de que se les de el anhelo que tienen.
Pensá que te ves haciendo en un año, para vos, para tu familia. ¿Qué te ves haciendo en tres años, respecto a tu salud, tu economía, tu familia, y en cinco años y a diez años, te ves entrando a ese sueño? ¿Te ves alcanzando ese anhelo que hay en tu corazón? ¿Hace mucho tiempo que miras el sueño desde lejos pero no lo podes alcanzar?
Hay mujeres que sienten que están por alcanzar su sueño pero están a una distancia tal que no pueden entrar al cumplimiento de eso. Son mujeres que quizás están dando vueltas en el desierto como le pasaba al pueblo, están esperando que se desate el momento de poder entrar en ese sueño.
El día que vos aceptaste a Jesús comenzaste una nueva vida, una nueva esperanza, una nueva manera de ver y vivir la vida. Te transformaste en una mujer con visión que quiere decir que ves. Dios nos da una visión de éxito, de abundancia. En cambio, antes solo tenías visión de muerte, escasez, desastre, esperando el día que falte la plata, el día para ponerte vieja mirando todo en forma negativa. Pero cuando entras al Señor entras a una visión de bendición y sabes que todo lo que estás viendo a través de Dios es si y amén sobre tu vida. Si Dios te lo mostró es algo que tenes que esperar y por lo cual tenes que trabajar teniendo la seguridad de que si podes hacerlo.
Cuando vos estás segura de que lo podes hacer, te llevas el mundo por delante, nada te detiene, tenes una pasión y ganas de ver esa familia transformada, de ver a tus hijos adorando a Dios. Pero primero tenes que verlo en tus ojos espirituales y después lo vas a ver en tus ojos naturales. Tenes que saber que lo que estas viendo en tu espíritu, lo vas a ver en lo natural también, tenes que tener esa certeza.
Pastora Ana Castets – anacastet@yahoo.com.ar – Facebook.com/Anyrcas
Robert Lora
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