Si tienes un propósito entonces tu vida está llena de proyectos, metas a corto, mediano y largo plazo por cumplir y un sinfín de cosas que ansias hacer para que eso que te apasiona hacer sea tangible. Vivimos en una sociedad que más allá de lo negativa que puedan ser algunas situaciones, siempre nos muestra la otra cara de la moneda con historias de superación que inspiran.
La pregunta que deberíamos hacernos es si esas personas esperaron a que la vida se les pase o pusieron de su parte un extra para que la situación se genere. La respuesta es más que obvia.

“Si esperas las condiciones ideales, nunca se darán” decía Nelson Mandela, y aunque es una realidad yo me he visto muchas veces “esperando” que las condiciones se den para cambiar algunas cosas o actuar para que mi realidad cambie… curiosamente, eso nunca pasa.

Quizá el querer hacer las cosas a nuestra manera nos mantiene estáticos, porque si no es como queremos entonces no va a salir y así se pasan los años esperando que “las condiciones” apliquen para lo que queremos hacer, mientras dormitamos en un espacio en donde el tiempo es un factor preciado.

Quizá despertar a la realidad de que, en muchos de los casos, si no tomamos decisiones para generar situaciones lo más posible es que nos quedemos viendo como la vida se nos pasa, sea la opción correcta

Quizá debamos ponerle límites a nuestros propios argumentos idealistas y empezar a hacer lo que venimos diciendo que vamos a hacer hace tiempo, pero no para demostrar nada a nadie sino para darle valor a nuestras palabras. – Que tu si sea sí, que tu no sea no –

Quizá tengamos que dejar de poner siempre al agrado de otros en primer lugar, para darle protagonismo al propósito.

Quizá dejar la zona de comodidad no sea lo mejor, pero para crecer necesitamos arriesgarnos a perder y de esa pérdida aprender también.

Y entonces quizá, sólo despertando del letargo mediocre que nos mantiene atados al temor… nuestros sueños van a cumplirse aun cuando las condiciones no estén dadas para hacerlo.

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