Keith Repult se convirtió en el dueño de la segunda empresa más grande de distribución de pornografía de Estados Unidos. Keith tenía una vida de lujo, pero su interior estaba vacío, dominado por el alcoholismo, las drogas y, la pornografía.
Sin embargo, una experiencia extraordinaria cambió su vida cuando conoció a Jesucristo.
Nunca percibió el dominio que la pornografía y las drogas tenían sobre el, dijo Keith en una entrevista al sitio cristiano ‘Gospel Herald’. “Pero cuando me convertí en un cristiano, nacido de nuevo, mis ojos se abrieron. Si hay una cosa que quiero que la gente vea en mi vida, es que siempre hay esperanza, y esa esperanza sólo se encuentra en Jesús”.
Hoy, Keith es pastor y trabaja ayudando a los adictos a diversas áreas de la Iglesia ‘Mission’, en Ventura, California (EEUU). Él comparte su historia de redención en su libro “Just Breathe: All Stories Canseable, All Brokenness Repatable, All adictions Breakable”, de la editorial ‘BroadStreet Publishers’.
Explica que había encontrado ‘comodidad’ temporal en las drogas y el alcohol, y después comencé a vender drogas”. Su infancia y su adolescencia no fueron las ideales, estaba muy solo.
Un día, Keith conoció a un hombre en un bar que le ofreció empleo. Era algo particular, “una librería para adultos”, dijo.
Hasta que finalmemte llegó a encargarse de una empresa de producción de películas para adultos con ganancias extraorinarias. Pero aún así continuaba un agujero en mi alma.
Decepción y vergüenza
Su empresa de películas pornográficas comenzó a crecer, Keith abandonó las drogas y el alcohol cuando se casó con su actual esposa, Samantha. Tuvieron tres hijas y un hijo, y se mudaron a Ventura, donde pretendían estar más tranquilos. Allí, abrieron una tienda de yogurt.
Estaban entusiasmados en abrir la tienda. A la mañana siguiente, cuando llegué a la tienda, alguien pintó en nuestra ventana con tinta roja la frase “Las estrellas pornográficas buscadas” y también “productor de pornografía”.
La vergüenza y horror lo invadieron. Él quiso huir del lugar, pero su esposa le dijo que no, que pretendía quedarse allí.
Vidas restauradas
A través de su tienda de yogurt, Dios comenzó a traer a las personas a las vidas de Keith, que los cambiarían para siempre. Keith conoció al pastor Jude de la Iglesia ‘City’, que oró con él y compartió sobre el amor de Dios con el empresario.
Dios sabía exactamente lo que él consiguió cuando él te cogió. Esas palabras dierom fuerzas sificientes para salir a delante.
Samantha también comenzó a frecuentar los cultos. La pareja se involucró activamente en una iglesia local, y mientras Dios estaba confortando sus corazones.
“Yo sabía que quería salir”, dijo Keith, “Entonces desistimos de todo y yo fui bautizado”.
Keith decidió entrar en un programa de 12 pasos para la rehabilitación. “Yo reconocí mi pecado y entendí cómo era realmente”, dijo.
Ahora, él usa su testimonio para recordar a los demás que Dios puede salvar a los individuos más despreciables.
“La pornografía era” normal “, era algo cotidiano para mí”, dijo. “Ahora, veo que la industria adulta es peligrosa para la vida humana”, agregó. “Corre a la cruz”, dijo. “Dios está esperando para redimir su historia”.
Fuente Guíame
Robert Lora
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