Si tienes un hambre y una sed insaciables por el Señor, si no te conformas con Su favor y Su presencia, podrás entender el porqué Moisés se atrevió a pedirle a Dios lo que nunca nadie en toda la biblia se atrevió a pedirle ni antes ni después que él: que le muestre Su rostro, Su gloria. Y si tú tienes carga por las almas que no conocen al Señor, si sigues Su camino primero, como lo hizo Moisés.

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