La muerte de Juan Hus hirió de gravedad a toda la Iglesia Católica y se debería pedir perdón por ella. Así se expresó el Papa Francisco el pasado viernes en Roma.

En este marco, el papa Francisco recibió este lunes a los representantes de la Iglesia Husita checoslava y de la Iglesia evangélica de los Hermanos Checos en Roma. Se celebró una liturgia de reconciliación con motivo del 600 aniversario de la muerte del reformador cristiano Jan Hus (Juan Hus), ilustre predicador y rector de la Universidad de Praga, cuyo asesinato a manos de la Iglesia Católica tras el concilio de Constanza (1415) fue también lamentado por Juan Pablo II en 1999.

“A la luz de esa consideración -ha dicho Francisco- es necesario continuar el estudio sobre la persona y la obra de Jan Hus, que ha sido durante mucho tiempo un tema de controversia entre los cristianos, mientras que hoy se ha convertido en un motivo para el diálogo. Esta investigación, llevada a cabo sin condicionamientos ideológicos, brindará un importante servicio a la verdad histórica, a todos los cristianos y a la sociedad, incluso más allá de las fronteras de nuestra nación”.

Entre los presentes se encontraba también el historiador Jaroslav Šebek, que valoró así la postura de Francisco. “Es más revolucionario que las palabras de Juan Pablo II en el año 1999, cuando pidió disculpas por los abusos cometidos, incluyendo por la muerte de Juan Hus. El hecho de que pida perdón es un avance mucho más radical. Muestra hacia dónde se ha movido la Iglesia en los últimos 25 años, desde 1989. Juan Hus ya no es percibido como un tema conflictivo, sino como un tema que puede reconciliar”, explica el historiador.

Para Francisco “la renovación de la Iglesia, que consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación es, sin duda, la base del movimiento hacia la unidad”. “Hoy en día, en particular, la necesidad de una nueva evangelización de tantos hombres y mujeres que parecen indiferentes a la alegre noticia del Evangelio, hace improrrogable el deber de renovación de toda estructura eclesial, de forma que favorezca la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús ofrece su amistad y la comunión visible entre los cristianos seguramente hará más creíble el anuncio”, expresó Francisco.

“A lo largo de este camino, aprendemos por la gracia de Dios, a reconocernos unos a otros como amigos y a considerar las motivaciones de los demás bajo la mejor luz posible. En este sentido espero que se desarrollen lazos de amistad a nivel de las comunidades locales y de las parroquias. Con estos sentimientos me uno espiritualmente a la liturgia penitencial que celebramos aquí en Roma. Dios, rico de misericordia, nos conceda la gracia de reconocernos todos pecadores y de sabernos perdonar unos a otros”, finalizó el papa.

UN ANTECESOR DE LUTERO

El sacerdote Juan Hus (1370-1415) fue de alguna forma un antecesor de Martín Lutero, al intentar impulsar una reforma dentro de la iglesia católica. Inspirado por Juan Wiclef, Hus quiso llevar la Biblia al pueblo para que todos la pudieran tener y leer, pero la Iglesia Católica tenía esto prohibido. Solo sus líderes podían tener una y leerla. Hus también rechazó públicamente la estructura papal, descubriendo y enseñando que Cristo mismo es la verdadera cabeza de la iglesia y no un hombre.

Además, criticó la venta de indulgencias (el otorgar dinero a la jerarquí católica para comprar la salvación mediante bulas palales), los excesos económicos de la Iglesia Católica y las divisiones y al cisma que entonces se dio en el seno del mismo papado, con sus dos sedes en Roma y Aviñón.

Este Cisma de Aviñón, fue el período en la historia de la Iglesia Católica en que hasta dos personas se disputaron la autoridad papal (1378–1417). Principalmente se debió a la rivalidad entre los cardenales franceses e italianos, ya que cada grupo quería continuar con un papa de su respectiva nación. Así se llegó a establecer el doble papado, uno en Roma y otro en Aviñón (Francia), opuestos entre sí, quienes finalmente dividieron el catolicismo, ocasionando un profundo descontento dentro de la misma Iglesia.

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