El físico estadounidense William Daniel Phillips, ganador del Premio Nobel de Física en 1997, cristiano evangélico, miembro de una Iglesia metodista , durante mucho tiempo ha sido parte del National Institute of Standards and Technology (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología), es profesor en la Universidad de Maryland y también uno de los fundadores de la International Society for Science & Religion (Sociedad Internacional para la Ciencia y la Religión).

Hace años, escribió su testimonio explicando su pensamiento sobre la existencia de Dios y sobre la unión entre la ciencia y la fe, que puede consultarse. “Muchos creen que la Ciencia, ofreciendo explicaciones, se opone a la comprensión de que el universo es una creación que surge del amor de Dios”, comienza en su exposición el científico, “creen que la Ciencia y la Religión son enemigos irreconciliables, pero no es así”.

El entiende que para mucha gente, esto puede parecer una contradicción: “¡Un científico serio que cree seriamente en Dios! Pero, para muchas personas más, soy alguien como ellos. Aunque la mayor parte de la atención de los medios de comunicación va enfocada a los ateos ´ruidosos´ que afirman que la religión es una superstición tonta, o los creacionistas fundamentalistas que niegan la evidencia de la evolución cósmica y biológica, la mayoría de la gente que conozco no tiene ninguna dificultad en aceptar el conocimiento científico y mantener la fe religiosa», asegura.

Él mismo se plantea dos preguntas que tiene que responder: ¿Cómo puedo creer en Dios? y ¿Por qué creo en Dios? ¿Cómo puedo creer en Dios?

Continúa el Premio Nobel: “Como físico experimental, necesito pruebas, experimentos reproducibles y una lógica rigurosa para apoyar cualquier hipótesis científica. ¿Cómo puede una persona así basarse en la fe?”, reta.

“Como físico, observo la naturaleza desde un punto de vista particular. Veo un universo ordenado, hermoso, en el que casi todos los fenómenos físicos pueden ser entendidos con unas pocas y simples ecuaciones matemáticas. Veo a un universo que, de haber sido construido de una manera ligeramente diferente, nunca habría dado a luz a las estrellas y los planetas. Y no hay ninguna razón científica por la cual el universo no podría haber sido diferente. Muchos buenos científicos han concluido con estas observaciones que un Dios inteligente ha decidido crear el universo con esta propiedad hermosa, sencilla y vivificante. Muchos otros grandes científicos, sin embargo, son ateos. Ambas conclusiones son posiciones de fe” , responde.

Comenta William Phillips: ”Yo creo en Dios porque siento la presencia de Dios en mi vida, porque puedo ver la evidencia de la bondad de Dios en el mundo, porque creo en el amor y porque creo que Dios es amor” .

¿Ser creyente o cristiano le hace una mejor persona o un físico mejor que otros? “Conozco un montón de ateos que son mejores personas y mejores científicos que yo. ¿Estoy libre de dudas sobre la existencia de Dios? Difícilmente también. Las preguntas sobre el mal en el mundo, el sufrimiento de niños inocentes, la variedad del pensamiento religioso y otros imponderables suelen dejar a menudo en el aire la cuestión de si estoy en lo cierto, y me hacen constatar siempre mi ignorancia. A pesar de todo esto, creo más (en Dios) gracias a la Ciencia que a pesar de ella”, concluye el premio Nobel.

“Como está escrito en la Epístola a los Hebreos, ´la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven´” es su mensaje final.

vía AcontecerCristiano