EE.UU.- Un joven superó las limitaciones del síndrome de Down, para vivir conforme al propósito de Dios y compartir el Evangelio a toda criatura. Recientemente realizó un viaje misionero y tuvo la oportunidad de contar su testimonio de Salvación en Cristo.
Ryan Pittman puede haber nacido con síndrome de Down, pero sabe mejor que nadie que Dios es bueno y tiene un plan poderoso para su vida, a pesar de su discapacidad.
El padre de Ryan dice que su hijo es un hombre extraordinario de carácter y amor, y un maravilloso ejemplo para otras familias que están lidiando con la discapacidad.
«Ryan es un chico increíble. Él tiene un gran sentido del humor. Él mira la vida con alegría y él ama a la gente», dijo su padre Ron, en la Iglesia Fellowship Nashville.
Ron recordó que después de que Ryan vio un vídeo sobre viajes misioneros, en el mismo instante supo que eso era lo que quería hacer. «Él inmediatamente dijo:»Quiero ir a un viaje misionero, quiero ir a Perú«, explicó su padre.
Al principio, los padres estaban preocupados sobre cómo Ryan manejaría el viaje de larga distancia. Pero el joven fue persistente, haciendo que sus padres tomaran nota de cada reunión de planificación del viaje.
«Ryan fue llamado para viajar a Perú desde hace mucho tiempo, y realmente influyó para que nuestra familia se inscribiera para realizar el viaje misionero«, agregó Ron.
Pero la madre de Ryan continuó con la preocupación por su hijo, si estaría «cansado e irritado» en el viaje, pues sería físicamente exigente y emocionalmente agotador. Entonces, descubrieron algo asombroso. La iglesia a la que viajaba el equipo de la misión, tenía un programa de ministerio con personas con necesidades especiales y esperaban a Ryan con expectativa junto al equipo.
«Cuando descubrimos esto, fue algo revelador para mí, que Dios tuviera un plan más grande para lo que estábamos haciendo», explicó Ron.
Sorprendentemente, Ryan terminó leyendo su testimonio ante la congregación en Perú. «Realmente no planeamos que Ryan diga su testimonio ese día, pero sucedió de alguna manera», dijo su padre.
Los líderes del ministerio quedaron impresionados, pues tenían la idea de que las personas con síndrome de Down no podían leer. «Yo no tenía idea de que Dios lo usaría de esa manera. Que él causaría un impacto tan grande a tantas personas, simplemente contando su historia«, dijeron.
«Crecí en un hogar cristiano», explicó Ryan. «Creí en Jesús y hace unos cuatro años le pedí que fuera mi Salvador. Fui bautizado en la iglesia. «Fue un gran día, todos aplaudieron», dijo.
«Por causa de Jesús, tengo el corazón de un siervo, lleno de su amor. El Espíritu Santo me ayuda a tomar buenas decisiones. Dios nos hizo a todos nosotros diferentes. Yo soy diferente. porque tengo síndrome de Down. Pero Dios también nos hizo a todos iguales. Todos necesitamos a Dios«, concluyó.
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