Emmanuel “Manny” Pacquiao fue criado en una comunidad pobre en las Filipinas y comenzó a trabajar con muy poca edad para mantener a su madre cuando sus padres se divorciaron. A los 12 años inició con el boxeo hasta conseguir 10 títulos mundiales. Pero actualmente se ha jubilado y trabaja para Jesucristo.

“Dios tiene un propósito”, expresó a Fox News. “Él me trajo de vuelta a su reino para ser un instrumento, para glorificar Su nombre, para que la gente sepa que existe un Dios que puede levantar a la gente de la nada y darles algo precioso”.

Su familia era católica romana, pero Manny se alejó de la Iglesia cuando logró fama en su carrera de boxeo.

“Yo iba a la iglesia el domingo, pero de lunes a sábado estaba en el bar, bebiendo”, señaló. “Yo estaba jugando, palabras torpes salían de mi boca, cometí adulterio, simplemente no me importaba”.

Hasta que un día una carta llegó a sus manos que golpeó su corazón.

“Recibí una carta de mi madre, diciendo que mi hermana había dejado de ir a la escuela, porque yo había dejado de enviar el dinero para pagar las mensualidades. Lloré, culpándome de gastar todo mi dinero con fiestas, juegos, bebida y mujeres de esa forma”.

Esa misma noche, en el año 2011, Dios visitó a Manny en un sueño poderoso. “Oí la voz de Dios en mi sueño, su voz era diez veces más alta que un trueno, me decía:” Hijo mío, hijo mío, ¿por qué te has desviado? “, detalló Pacquiao.

“Cuando oí la voz de Dios, sentí como si hubiera muerto. Yo estaba en medio del bosque y estaba arrodillado, orando con la cara en el suelo, así que vi una luz, una luz fuerte y oí aquella voz”, agregó.

“Sentí que me estaba derritiendo cuando oí la voz de Dios, fue el punto de quiebre en mi vida. Dios habló conmigo y comprendí lo que debía hacer además de seguirlo”.

Sin embargo, por un tiempo, Manny intentó ignorar el sueño. Pero un día sintió la obligación de leer la Biblia.

“Aunque me había olvidado de ese sueño, cuando empecé a leer la Biblia, el primer verso que decía que Dios hablaba con los hombres a través de sus sueños, percibía lo que me sucedió a mi, comprendí que mi sueño fue real”, señaló.

Como producto del poder de la Palabra de Dios, la labor del Espíritu Santo en su corazón y el sueño persuasivo, Manny se rindió a Jesucristo aceptandolo como su Señor y Salvador.

“Estoy feliz porque encontré el camino correcto, la salvación, nací de nuevo”, confesó. “Nosotros necesitamos nacer de nuevo, todos nosotros. Cristo dijo que si no nacemos de nuevo, no podemos entrar en el reino de Dios, así que es muy importante para mí. Jesucristo dijo: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida “No hay otro camino, el único camino es Jesús”.

“Cuando usted acepta a Jesucristo en su corazón como su Señor y Salvador, usted recibe la vida eterna”, agregó.

Muchos cambios se desarrollaron en su vida desde que comenzó a seguir a Jesús, según el entrenador de Manny, Freddie Roach.

Lo más importante para Manny ahora es su fe en Jesús y las cosas en este mundo ya no son importantes para su corazón.

Manny persevera en el estudio de la Palabra de Dios a diario, meditando y poniendo cuidado de cumplir lo que está escrito para ser prosperado.

Él reconoce como Dios lo ha bendecido con todo lo que tiene en su vida y cree que Dios tiene un propósito en cada área de su vida.

“Este es el trabajo de mi vida, mi misión: predicar la Palabra”.

Fuente Guíame