Por mucho tiempo hemos escuchado cientos de mensajes, frases y versos bíblicos que nos hablan de la santidad, cualquiera puede decir lo que significa pero es muy posible que obviemos la importancia de lo que implica.
La santidad no es más que un título inmerecido que recibimos cuando decidimos tomar enserio la vida de Jesús en nuestras vidas cuando nos lanzamos en serio tomar enserio lo que somos desde la eternidad y de donde salimos, la santidad va muy de mano con la identidad del hombre ,puesto que, sí no sabemos quiénes somos no sabremos cómo actuar bajo muchas circunstancias de la vida, pero nunca nos enseñaron que la santidad forma parte de la identidad del hombre de Dios, muchos líderes suponen que cada creyente lo sabe, pero un líder no debe suponer.
La santidad en el ministerio o más bien diría que la santidad en todo lo que hacemos debe notarse, la palabra de Dios dice que: «Por que cual es su pensamiento en su corazón, tal es el» (prov 23:7). por mucho tiempo muchas corrientes de pensamiento se han introducido en nuestras ideologías y formas de pensamiento que le han restado intención a la santidad (dígase hacerlo intencionalmente como parte de nuestra vida) y por mucho tiempo vemos la santidad como un acto el cual puedo hacerse ocasionalmente, pero no debería ser así, más bien la santidad es algo que inmediatamente recibimos se activa de manera que vivamos a la altura del llamado de Dios, más que santidad en el ministerio hablo de santidad en la vida como parte de ella.
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