Un atacante suicida mató el domingo pasado con un coche bomba a 38 personas en una transitada avenida de una ciudad de Nigeria luego de que aparentemente trató de hacer estallar su carga cerca de iglesias que realizaban servicios religiosos por motivo del Domingo de Pascua.

El estallido del domingo sucedió en Kaduna, una ciudad que desde hace tiempo se encuentra en el centro de una ola de violencia por motivos religiosos, étnicos y políticos, donde los cristianos evangélicos sufren las amenazas de la secta islámica radical Boko Haram.

Los daños por el estallido dejó motocicletas carbonizadas y escombros esparcidos a lo largo de una avenida principal de la ciudad, a la que muchos ciudadanos van para comer en restaurantes informales y comprar gasolina en el mercado negro.

La fuerza de la explosión, que envolvió a un grupo de mototaxis, hizo pedazos las ventanas de hoteles y viviendas y arrancó algunos techos.

La explosión causó daños graves en la cercana Iglesia de la Asamblea Cristiana de Todas las Naciones y la Iglesia de las Buenas Nuevas —integrante de la Iglesia Evangélica de África Occidental— mientras los feligreses asistían al Culto de Resurrección, el Domingo de Pascua, posible blanco original del atentado.

Los testigos dijeron que parecía que el atacante suicida intentó conducir el coche bomba hasta el complejo de iglesias evangélicas, pero fue bloqueado por barreras en la calle y mientras la Policía se acercaba, el vehículo intento alejarse cuando estalló.

Inglaterra y Estados Unidos, advirtieron a sus ciudadanos sobre posibles actos de violencia en Nigeria para estos días de festividades religiosas del cristianismo. Una secta islámica radical conocida como Boko Haram ha estado perpetrando ataques por todo el país templos evangélicos.

Mientras todo esto acontece en Nigeria, no se conocen condenas enérgicas de organismos de derechos humanos como Human Right Watch, Amnistía Internacional y la Comisión misma de los derechos humanos de la ONU que advierta del creciente estado de persecución religiosa que sufren cristianos evangélicos nigerianos por parte de Boko Haram.

Fuente:AP