Muchos conductores trabajan con la aplicación Uber para ganar un poco de dinero extra…  Pero, un conductor de esta plataforma no solo se centra en lo económico, sino también en ganar almas para Cristo.

Kenneth Drayton trabaja para Uber en la ciudad de Nueva York. Es un trabajo de medio tiempo que le permite practicar un llamado de tiempo completo.

“Cualquier creyente, cualquier creyente lleno de espíritu, su prioridad número uno es un compromiso con la misión de Dios y al propósito de Dios sobre una base diaria”, dice Drayton.

Kenneth dice que siempre ha estado involucrado en el ministerio… y nunca había considerado otra cosa.

“Mi hijo mayor dijo: Papá, ¿por qué no intentas Uber? Es un dinero decente. Es un dinero decente. En el momento dije: No lo sé. Pero, investigué qué requería en la ciudad de Nueva York y era una licencia de la Comisión de Taxi Limosina.

Era un proceso costoso… pero, luego, un día, estaba comiendo en un restaurante de Brooklyn y escuché una voz interna que me dijo: Ve y obtén tu licencia. Una voz clara y fuerte. Miré a ver si alguien más en el local lo había oído. Me puse en pie y dije: Está bien. Percibí que era la voz del Señor que me hablaba y obedecí”, precisa Drayton.

Luego de un año tras el volante, él está muy seguro de que fue un arreglo divino.

“Muchos que han entrado y salido de mi auto estaban perplejos, con asuntos, con preocupaciones y por alguna razón, percibí que a muchos de ellos Dios me los enviaba”, dice Drayton.

Desde que el pasajero entra al auto de Drayton, hasta cuando los deja en su destino, él dice que el Espíritu Santo está presente y guiando la conversación.

“Es una percepción, un oído interno, una sabiduría. La Biblia lo hace claro también: el que gana almas es sabio”, comenta Drayton.

Kenneth no tiene una agenda. Solo obedece a Dios. A veces, significa hablarles a los pasajeros, a veces significa estar callado. De igual forma, él confía que el verdadero ganador de almas está trabajando.

“Dios tiene muchos labrando en los viñedos. Algunos riegan, otros siembran y depende de lo que se necesite, Dios y el Espíritu Santo determinarán cómo crecerá esa semilla”, comenta Drayton.

Kenneth no espera ser conductor de Uber para siempre, pero por ahora, él no ha sido llamado a otra cosa.

“No creo que Uber sea el enfoque principal, sino la voluntad divina de Dios”, dice Drayton.

Fuente