Conocemos la parábola de las diez vírgenes en la que cinco de ellas eran prudentes, estaban preparadas y atentas a la llegada del esposo. Las otras cinco eran insensatas, no supieron preparar el aceite suficiente y malgastaron el que tenían. La pregunta es ¿con cuál de los grupos nos identificamos?

¿Será que estamos malgastando nuestro tiempo y todo lo que Dios puso en nuestras manos para cumplir sus propósitos?

Sería muy bueno que estemos seguros que nuestro nombre está escrito en el libro de la vida y que si hoy fuera nuestro último día estemos preparados para irnos con Dios.

Lamentablemente a causa de nuestro enfriamiento y por habernos alejado de Dios ocupándonos de cosas banales que se acabarán un día, no podemos asegurar cien por ciento que nosotros habitaremos con Él.

Este es un buen momento para reflexionar acerca de cómo hemos estado viviendo, si solo nos ocupamos de nuestra agenda, de nuestro diario vivir y dejamos de lado lo realmente importante que es asegurar nuestra llegada a los brazos de nuestro Padre.

Dios quiere que tu amor por Él perdure, quiere verte seguro de que te irás un día a su presencia.

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 5:23 (RVR-1960)

Si estás notando que no puedes responder favorablemente estás preguntas, aún estás a tiempo de ponerte a cuentas con Dios y terminar con toda duda acerca de tu futuro en la eternidad. Mantente atento, prepárate para cuando llegue la hora.

Dios no sólo quiere verte alabándolo acá en la tierra si no también allá en el cielo por la eternidad.

 

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