La pregunta que siempre surge es: ¿hasta que punto es buena la tecnología, y en que punto comienza a generar dificultades en nuestro interior? El sitio TechHive menciono en su portal algunos inconvenientes que genera la tecnología en nuestras vidas:

1. Síndrome de la “llamada imaginaria”: ¿Has sentido la necesidad de ver tu teléfono celular porque crees que sonó o vibró? ¿Qué ocurre cuando te percatas de que ha sido falsa alarma? La explicación ante ella es que el cerebro se acostumbra a estar atento al celular por lo que cualquier impulso de nuestro cuerpo lo asocia a un aviso del dispositivo móvil.

2. Nomofobia. La nomofobia es considerada una patología tecnológica y consiste en el miedo irracional a salir a la calle sin celular, olvidarlo, perderlo, que se descargue la batería o estar en una zona sin cobertura.  Este término, derivado de las tres palabras ‘no’, ‘móvil’ y ‘fobia’, habla por sí mismo. Describe la angustia causada por no tener acceso al celular, y puede variar desde una ligera sensación de incomodidad hasta un ataque grave de ansiedad. Efectivamente, muchos son propensos a experimentar miedo al darse cuenta que su teléfono móvil no está donde debería estar.

3. Cibercondria: Se les atribuye este diagnóstico a personas convencidas de que padecen alguna o varias enfermedades tras haber leído al respecto en Internet. Por ejemplo, una persona que sufre de dolor de cabeza puede buscar la causa de este mal en Internet y encontrar que una razón podría ser un tumor cerebral y automáticamente cree que podría morir muy pronto. Es algo similar a la hipocondría, sólo que las dolencias son conocidas por el ciberespacio.

4. Depresión por Facebook: puede afectar a adolescentes con problemas de autoestima que suelen obsesionarse con estar conectados a Internet por mucho tiempo.

Es indudable que la vida se facilita con la tecnología, pero esto también tiene su lado perjudicial, y debemos saber encontrar el equilibrio. A veces, no se trata de lo pecaminoso que sea algo, sino de cuan “atados” estemos a ello. Por ejemplo, no es pecado tener un celular o estar registrado en una red social. Pero si ello se transforma en adicción, ya pasa a ser algo pecaminoso en mi vida. Sea lo que sea que te tiene inquieto, atado, sin paz, Dios puede sacarte y hacerte libre.

Por Martín Carrasco / cvclavoz.com