ESTADOS UNIDOS.- Un miembro de la policía de carreteras del estado de Indiana fue despedido luego de haber sido acusado de violar los derechos de los ciudadanos al hablar de su fe con ellos. Él está siendo procesado por segunda vez por evangelizar en su horario de servicio.

En un comunicado de prensa, el comando de la Policía del Estado, dijo que Brian Hamilton esta fuera de sus funciones luego de una investigación interna que llevó dos meses. La acusación vino de una mujer que fue detenida por el oficial en una verificación de rutina. Al detenerla, el policía comenzó a hablarle a Wendy Pyle acerca de la necesidad de ser salva por la fe en Jesús, y que como consecuencia de esto, ella se sintió avergonzada.

El superintendente de la Policía de India, Doug Carter, dijo en un comunicado que cada uno tiene sus derechos y la libertad religiosa es uno de ellos. Por lo que Hamilton, que fue policía durante 14 años deberá responder a un proceso presentado en su contra por la señora Pyle.

Ella lo acusó de “violación de sus derechos constitucionales” por preguntarle si ella creía que iría al cielo. A continuación, le habló de su iglesia y la invitó a conocerla.

La demanda federal, presentada por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Indiana, dice que Pyle, que no se considera a sí misma como una mujer religiosa, se sintió “muy incómoda con estas preguntas”, y terminó diciendo que aceptaría la invitación.

La justificación de Dave Bursten, capitán de la policía del estado, es que la “investigación interna mostró que el Departamento tenía un juicio pendiente contra Hamilton por la misma razón.”

En 2014, Hamilton había sido demandado por Ellen Bogan, que fue detenida por la policía después de una infracción de tránsito. Tras la recepción de la multa, Bogan dijo que comenzó a escuchar preguntas del policía que eran de carácter personal y que hacían referencia a la certeza (o no) de su salvación.

Ella recibió los volantes cristianos que le entregó el policía, incluyendo un folleto de la Primera Iglesia Bautista en la ciudad de Cambridge, a la cual asistía el policía. En ese momento, fue absuelto, pero se le recomendó no hablar más de su fe cristiana, mientras estaba de servicio.

Al enterarse de su despido, Hamilton dijo: “Sólo estoy haciendo lo que el Señor mandó hacer … Si el Señor me dice que debo hablar de Jesucristo, lo haré. Sé que esta fue la razon de mi despido”. Concluyó Hamilton, el cual dice que no se arrepiente.

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