Una encuesta según la cual el presidente electo de los EEUU, Donald Trump, recibió el apoyo de más del 80% de los evangélicos que votaron el 8 de noviembre, profundizó una polémica abierta entre miembros de esos grupos por ese respaldo.

Acerca de ese apoyo vital para el postulante republicano (en la foto), sobre el cual Pulso Cristiano informa en esta nota, el diario The Washington Post señaló una “enorme división entre los dirigentes evangélicos”.

El periódico advirtió que “los votantes evangélicos se encolumnaron tras su candidatura presidencial” entusiasmados por su promesa de incluir un juez en la Corte Suprema de Justicia para cambiar la jurisprudencia que en 1973 abrió las puertas al aborto inducido.

El apoyo evangélico, que en los Estados Unidos se distingue del protestante, fue considerado como uno de los causantes de la victoria del candidato republicano en la elección sobre su rival demócrata Hillary Clinton, según la consultora Five Thirty Eight citada por el diario.

Los evangélicos también jugaron un papel importante en estados vitales como Florida donde representaron el 20% de los votos de todo el distrito y que su respaldo se repartiría 85%-13% entre Trump y Clinton, respectivamente.

El apoyo evangélico a Clinton fue incluso menor al 20% que tuvo el presidente saliente Barack Obama en 2012.

El respaldo evangélico a Trump no deja de ser llamativo al considerar que se casó en tres oportunidades y es un hombre de negocios vinculado al juego, además de referirse en forma despectiva a los latinos, los mexicanos y las mujeres.

Por ejemplo, el fundador de la organización Foco en la Familia, James Dobson, conocido por su oposición al juego y la formación tradicional del grupo familiar, expresó su apoyo al candidato republicano ni bien Trump fue nominado por el Partido Republicano

Una Fiel Creyente

Clinton es miembro de la Iglesia Metodista Unida desde su infancia, fue maestra de la escuela dominical, al igual que su madre, y participó en desayunos de oración semanal cuando fue legisladora.

De adolescente solía visitar las iglesias de la ciudad de Chicago con el pastor de jóvenes, Don Jones, el hombre que se convirtió en el mentor espiritual de la candidata hasta su muerte en 2009, informó el Servicio de Noticias Religiosas.

La revista Time informó en junio de 2014 refiriéndose a Clinton que “era activa en el grupo de jóvenes, los estudios de la Biblia y el cuidado del altar. Los sábados durante la temporada de cosecha de Illinois, ella y otros de su grupo de jóvenes cuidaban a los niños de los trabajadores migrantes cercanos”.

No resultó extraño, entonces, que citara de memoria el texto bíblico de Gálatas 6. 9 cuando se dirigió a sus dirigentes y los voluntarios de su equipo de campaña la madrugada del 9 de noviembre al admitir su derrota electoral.

“Y no nos cansemos de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”, dijo Clinton, tras lo cual mencionó el clásico: “Dios los bendiga y Dios bendiga a Estados Unidos de América”.

Ron Sider, fundador y presidente de Evangélicos Para la Acción Social y autor del libro Cristianos ricos en la era del hambre, defendió activamente la postulación de Clinton en una nota de su autoría en la revista Christianity Today.

Sider, que además es catedrático distinguido en el Palmer Theological Seminary, puntualizó los errores cometidos por Clinton, como el uso de un servidor de correo electrónico privado para fines oficiales.

También expresó su desacuerdo con la ex postulante y el Partido Demócrata en el tema del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como la probable cancelación de los fondos para organizaciones religiosas si hubiera llegado a la Presidencia.

Pese a todo esto, tituló la nota “Por qué voy a votar por Hillary Clinton”, donde aseguró que “es la opción más sabia”.

Sider fue contundente al afirmar que “hay mucho que me gusta de Clinton” como su “larga historia de trabajar duro por décadas en pro de la justicia racial y económica”.

El autor evangélico recordó que uno de sus primeros trabajos fue como abogada en el fondo para la Defensa de los Niños “con el fin de mejorar las vidas de los niños pobres”.

“Clinton se da cuenta que los estadounidenses de más escasos recursos han perdido terreno durante los últimos 30 años, y ella ha defendido leyes concretas para aliviar la desigualdad entre los ricos y pobres.”, afirmó.

Denunció también las consecuencias que tendría para la economía norteamericana y los hijos de los indocumentados, convertidos en ciudadanos estadounidenses, la expulsión de 11,3 millones de ilegales anunciada por Trump en la campaña proselitista.

Destacó las afirmaciones de “evangélicos prominentes” como la del presidente del comité de políticas públicas de la Convención Bautista del Sur, Russell Moore, quien “ha censurado profundamente los mensajes ‘no-tan-codificados que critican a los afroamericanos y a los inmigrantes’.”

El escritor Max Lucado, famoso por sus best sellers de raíces bíblicas, fue crítico con Trump.

El escritor Shane Claiborne, uno de los autores con mayores ventas, activista social autoproclamado “pecador en recuperación”, denunció que “la mayor parte de lo que ha venido a caracterizar al evangelicalismo está en conflicto directo con el valores y las enseñanzas de Cristo”.

“Esta contradicción nunca ha sido más evidente que en el apoyo de tantos evangélicos blancos a un candidato a presidente que rechaza muchos de los valores del evangelicalismo, incluyendo la fidelidad, la administración fiel y otros”, afirmó en uno de sus posts del sitio Red Letters Christians.

Claiborne agregó: “Muchos de nosotros lamentamos que nuestros hermanos y hermanas una vez conocidos por su celo por Jesús este años hayan sido más apasionados por exaltar a Donald Trump que a Jesús.”

El escritor denuncia a “algunos de los patriarcas” como Jerry Falwell, Dobson y Franklin Graham por haber “pasado por alto los valores anti cristianos de Trump”, aunque advierte que “una nueva generación de cristianos ama a Jesús y le importa la justicia, la vida, la tierra, los pobres, los refugiados y los inmigrantes”.