Siempre llega un momento de frustración, cansancio, insatisfacción y queja y es ahí cuando pensamos que estamos en posición de hacerle preguntas y reclamos a Dios. Cuando la realidad es que somos muchos los hijos de El y así como nos sentimos aveces muchos también se pueden sentir… Entonces, se vale llorar, cansarse y desanimarse… lo que no se vale es RENUNCIAR Y ALEJARTE de Dios. Este tema es para tí, así como yo he tenido altas y bajas y he seguido,te invito a proseguir a tu propósito.