Según la entrevista que le hizo CNN en Español al naufragó que estuvo perdido durante 13 meses en el Océano Pacífico, él tuvo muchos momentos de desesperación, como la muerte de su compañero de viaje y días que no tenía que comer ni beber. Sin embargo, afirma que su fe en Dios lo ayudó a sobrevivir esa tempestad.

El naufragó, quien dice llamarse José Salvador Alvarenga, de nacionalidad salvadoreña, indica haber salido para lo que se suponía iba a ser una expedición de un día con el fin de cazar tiburones el 21 de diciembre de 2012.

naufrago sobrevidoNo obstante, él y un compañero perdieron el curso a causa de los vientos del norte y después quedaron atrapados en una tormenta; con el tiempo, los motores dejaron de funcionar y ellos no tenían señal de radio para dar información sobre la situación en la que se encontraban.

Ese viaje de un día se le convirtió en más de un año a la deriva.

Conforme pasó el tiempo, perdió la noción de la fecha y los días de la semana.

«No sabía la fecha o el día, solo las horas», explicó. «Solo cuando se hacía noche y cuando amanecía».

Él se estuvo alimentando de peces y tortugas que había atrapado y dependió de la lluvia para beber agua, y en ocasiones, bebió su propia orina.

Al transcurrir los días, él tuvo momentos difíciles, a tal punto, que hasta intentó quitarse la vida.

«Quise hacerlo dos veces», explicó, mientras simulaba cortarse la garganta. «Quería hacerlo con un cuchillo. Cuando no tuve agua ni comida, me di por vencido y tomé un cuchillo, pero no me atreví porque estaba asustado», comentó Alvarenga.

Pero, según Alvarenga su fe en Dios le ayudó a vencer esos tiempos de tempestad.

Señaló hacia arriba y dijo: «Dios…mi fe en Dios. Pensé ‘voy a salir de esto». Salir, salir, salir», dijo.

Durante ese tiempo tan difícil, sus padres también confiaron en Dios.

«Mi corazón me decía que mi hijo no estaba muerto, pero pensaba en eso tan a menudo, que había comenzado a perder la fe», dijo Julia Alvarenga, su madre.

«Espero en Dios que mi hijo no esté muerto. Primero Dios, mi hijo está vivo. Y algún día lo veremos de nuevo. Estoy muy feliz luego de saber que está vivo y que pronto lo tendremos de regreso», expresó su padre, Ricardo.

Su estado actual.

Alvarenga fue encontrado el jueves en el apartado Atolón Ebon, a 22 horas de viaje en bote desde Majuro, la capital de las Islas Marshall.

Un video de Majuro muestra a Alvarenga caminando sobre la tarima de un barco del gobierno hacia una ambulancia que lo estaba esperando. Mientras saludaba a quienes estaban reunidos alrededor del muelle, él era atendido por paramédicos.

El embajador de México en las Filipinas, Julio Camarena Villaseñor, informó que Alvarenga continúa recuperándose en un hospital en las Islas Marshall, luego de haber sido encontrado en un «débil estado mental y físico».

«Él está en mejores condiciones de lo que uno esperaría después de tal odisea», dijo Tom Ambruster, embajador de los Estados Unidos en las Islas Marshall.

La historia de Alvarenga, no es la única que ha pasado por el Océano Pacífico, en el 2006 tres pescadores mexicanos también quedaron a la deriva durante nueve meses. Aquellos hombres vivieron de los peces que atrapaban y del agua de la lluvia, y leían la Biblia en busca de consuelo.