Isabel Contreras era la persona más improbable en la tierra para convertirse en un predicador itinerante.

Criada en una familia católica en el sur de México, se convirtió en un ateo a los 14, exploró satanismo durante la escuela secundaria y comenzó a vivir una vida desordenada y desviada. Ella bebía mucho, abrazó a un estilo de vida lésbico e incluso vendió su cuerpo durante los tres años que vivió en la Ciudad de México.

Pero todo eso cambió cuando encontró a Jesús a los 21 años nadie tuvo que decirle que dejara el mundo de la homosexualidad. “Inmediatamente el Espíritu Santo me dijo que esto estaba mal,” dice Isabel.

Después de su conversión invitó a 25 de sus amigos a una cena y anunció que ella era cristiana. “Ustedes es bienvenido a unirse a mí”. “La vieja Isabel está muerto.”

Sus amigas lesbianas no estaban contentos con el cambio drástico. Incluso contrataron a una mujer para tratar de seducirla, pero Isabel no cayo en el esquema. “Yo sabía que nunca podría volver a esa vida,” dice ella. “Yo sabía que mi decisión de seguir a Jesús era todo o nada”.

Y así comenzó un viaje inusual para una mujer que se ha convertido en un ministro respetado en un país dominado por el hombre marcado por su machismo. Ahora de 54 años, Isabel ha plantado dos iglesias. Desde su base en La Paz, en la península de Baja, ha predicado en todos los estados de México y en otros cinco países.

Isabel ha llegado a ser popular, especialmente entre las mujeres, porque ella ni siquiera trata de encajar en el molde cultural latina. Ella no es una moda, seguro. No lleva zapatos de tacón alto o vestidos de lujo.  Pero esa Isabel de apariencia simple la ha hecho ganar audiencia. Les encanta que ella no tiene apariencia de una modelo. Las mujeres  se sienten aceptadas, no amenazadas. Por lo que escuchan atentamente a su testimonio y su enseñanza profética.

Mientras Isabel ve la homosexualidad como pecado, ella sólo tiene compasión por las personas que luchan con la atracción del mismo sexo, ya que suele tener sus raíces en el abuso. Ella ha aconsejado a un sinnúmero de personas que encontraron la cicatrización después de la oración.

Algunos líderes de la iglesia en México creen que Dios está usando Isabel de una manera única, no sólo para ofrecer la curación a las personas que luchan con su identidad sexual, sino también a todo el cuerpo de Cristo.

Fuente: Charisma News