Un clima primaveral y una gran convocatoria de público se pudo observar en la Medialuna Monumental de Rancagua, lugar donde evangélicos provenientes de las 33 comunas de la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins, se reunieron para celebrar el Día Nacional de la Iglesia Evangélica.

Por cuarto año consecutivo, el mundo evangélico de Chile se congrega masivamente en torno a este importante día, donde se recuerda la Reforma Protestante de Martin Lutero. Esta vez, más de 5 mil personas se hicieron sentir fuertemente en las gradas del recinto, con cánticos, banderas y expresiones de fe que dieron cuenta de lo unido y fortificado que es actualmente el grupo en la región

En un evento, donde la presentación de coros, oraciones, obispos y pastores marcaron la pauta, el mundo evangélico se mostró muy contento y agradecido por tener la posibilidad de llevar a cabo una jornada tan especial como ésta. “Es el día de la Reforma Protestante para nosotros, y una ocasión muy importante para dar a conocer nuestras creencias. Acá hay representantes pentecostales, bautistas, metodistas, asambleístas y comunitarios, es decir, de todos los sectores. Chile nos otorgó la posibilidad de celebrar este día, y con esta gran convocatoria demostramos lo mucho que lo valoramos”, comenta Hernán Chávez, representante de la Comisión Organizadora.

En la ocasión, el Intendente (s) de la Región del Libertador, Pedro Hernández, reconoció la trascendencia del mundo evangélico. “Es un homenaje de Chile hacia al Iglesia, ya que no sólo es importante por el ámbito religioso, sino también porque es un compromiso social, el cual alberga a muchas personas que encuentran acá la posibilidad de valorar la vida y ser felices. Además, evidencia el respeto y la aceptación que existe por los diversos tipos de creencias que hay en la sociedad nacional”.

“La fiesta se vive a pleno, es nuestra manera de decirle al mundo que Jesucristo ha resucitado. Todos los fieles estamos felices y agradecidos de la vida, de la posibilidad que tenemos de juntarnos miles de personas para cantar, orar, alabar al Señor. Poder ver a la juventud, los hermanos, los pastores y los obispos, todos juntos en torno a una misma causa, es una sensación gratificante que me alimenta el alma”, agrega Manuel Acevedo, Obispo de Rancagua de 76 años de edad.

Fuente: AcontecerCristiano