REFLEXIÓN: ¡Mi PADRE es el piloto!
Una niña abordó un avión para viajar a Nueva York, llamando la atención de todos. Subió al avión con boleto en mano, buscando su asiento y se sentó al lado mío. Se veía una niña educada, segura e inteligente. Me miró, sonrió, sacó un libro…
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