Las universidades cristianas enfrentan grandes retos en la cultura actual. Entre ellos el rápido crecimiento del movimiento pro derechos de los homosexuales. A pesar de eso, las universidades responden siempre firmes en sus principios bíblicos.
Más de 450 mil estudiantes asisten a universidades centradas en el aprendizaje cristiano. Estas escuelas a menudo requieren que alumnos y docentes firmen un compromiso de fe con ciertas creencias y comportamientos.
En el pasado, la sociedad aprobaba e incluso alababa esos actos. Hoy, eso ha cambiado por cargos de discriminación y amenazas de desacreditación.
Si hay una institución en medio de la tormenta es la Universidad Gordon, al norte de Boston. Su perspectiva de la sexualidad ha llevado a varias comunidades a cortar lazos con la escuela que además enfrenta cuestionamientos de su organismo de acreditación.
El presidente de Gordon, Michael Lindsay, se mantiene firme ante los retos.
“Las universidades cristianas están en la punta de la lanza en asuntos culturales y Gordon, está a la delantera”, dijo Lindsay.
El Organismo de Acreditación Regional quiere un reporte sobre la declaratoria de vida y conducta de Gordon, la cual prohíbe la actividad homosexual.
“Creemos que como una comunidad moralmente voluntaria debemos establecer las condiciones, los límites para hacerle parte de esta comunidad. Ese es un derecho fundamental de nuestra constitución, la libre asociación”, indicó Lindsay.
Lindsay dice que la escuela da el cuidado apropiado a sus estudiantes que lidian con la atracción hacia el mismo sexo.
“Tenemos estudiantes homosexuales actualmente y queremos atender sus preocupaciones, queremos pastorearlos sensiblemente”, asevera Lindsay.
La misma situación ocurre en más de 80 universidades cristianas del país. En muchas, alumnos y accionistas cuestionan las perspectivas sobre sexualidad de la institución.
Gerson Moreno-Riano de la Universidad Regent, reconoce que hay un clima difícil en este momento.
“Creo que estamos en un punto cultural donde la fe se percibe como estupidez, como irracionalidad y sin lugar en una persona moderna y educada. Y es una posición muy difícil”, comentó Moreno-Riano.
La nueva presidente del Concilio de Universidades Cristianas habló de los ataques en un reciente discurso. Ella refutó que el pensamiento crítico no sea posible en sus instituciones.
“Creemos en el movimiento de universidades cristianas, que da libertad académica, para hablar asuntos de fe, de cómo la fe ha influenciado la literatura, por ejemplo”, indicó Shirley Hoogstra, del Concilio de Universidades Cristianas.
Las universidades cristianas no solo enfrentan una creciente presión financiera, sino también una cultura que cuestiona su verdadero valor. Lindsay dice que deben prepararse para enfrentar más presión en relación a la ética sexual.
“Creo que una versión de esto le ocurrirá a toda institución cristiana en los próximos 5 a 10 años”, indicó Lindsay.
El doctor Russell Moore, de la Comisión de la Libertad Ética y Religiosa de los Bautistas del Sur, cree que la primera Enmienda protegerá a las universidades cristianas también. Llama a que las diferentes religiones se levanten y comprometan a reconocer los diferentes puntos de vista.
“No esperamos que cada universidad enseñe cristianismo evangélico o la doctrina mormona o de la virgen María. No queremos eso, pero queremos el tipo de igualdad donde ese tipo de universidades pueda existir y florecer y tener un debate”, Moore.
Moreno-Riano prefiere una nueva definición sobre la alta educación.
“Sugiero que reiniciemos la discusión sobre la importancia del pensamiento crítico, la importancia de la verdad y la sabiduría y también replantear la pregunta de qué es la fe, no como un salto a ciegas, sino abriendo la puerta a más búsquedas”, precisó Moreno-Riano.
Los cambios en Gordon incluyen entrenamiento del staff sobre sexualidad, fuertes políticas contra el bullying y apoyo a los estudiantes.
Su organismo de acreditación dijo a CBN News que la reputación de Gordon no está en peligro, simplemente se le solicitó “un reporte de seguimiento rutinario”.
“Al cuerpo de acreditación le preocupa que cuidemos de nuestros estudiantes, que proveamos un ambiente para crecer y aprender. No hay duda de que eso ocurre cada día en la Universidad Gordon”, concluyó Lindsay.
Sin embargo, en esta cultura cambiante, Gordon y otras universidades cristianas tendrán que defender su existencia.
Robert Lora
Noticias relacionadas
¡Suscríbete a nuestro Canal!
Suscríbete ahora
* Recibirá las últimas noticias y actualizaciones sobre tus ministerios favoritos!