Introducción

Esta parábola que solo encontramos en el Evangelio de Mateo, parecería una continuación de la parábola del sembrador, ya que ambas abordan diferentes aspectos del crecimiento del reino. Se encuentra dentro del capítulo 13, donde hallamos una recopilación de siete parábolas, auténticas de Jesús pero probablemente en ocasiones y tiempos diferentes pero que a Mateo le pareció bien arreglarlas en un solo capitulo.

I- El campo de siembra Vers.24

El agricultor de la parábola tenía algunos recursos económicos, ya que hace alusión a sus siervos, además de los segadores. No todos en palestina podían emplear esta clase de personas. Como todo buen agricultor consiguió buena semilla para sembrar v.24 para sembrar en su campo o sea el campo del dueño agricultor. Se hace esta salvedad ya que el enemigo venía a sembrar en un campo que no era suyo propiamente dicho.

La iglesia es el conjunto de todos los hijos del reino (Mateo 13:38), los que son comparados con las genuinas plantas de trigo. El campo de siembra le pertenece a Dios por derecho de creación (Sal. 24:1 , 50:12) la expresión “ su campo “ indica que El es el propietario. El diablo que es un ladrón trata de apropiarse de lo que le pertenece únicamente a Dios.

II-Los dos sembradores y los dos tipos de semillas (13:24-25)

Luego que termina la siembra y durante la oscuridad de la noche es cuando llega el enemigo, es la hora donde los empleados están durmiendo. No es preciso que el enemigo siembre el campo entero. Al otro día no se va a detectar la presencia de la mala semilla, solo hasta la llegada de la primavera entrante se sabrá que hay cizaña entre las tiernas
plantas de trigo. Aun así ambas son casi iguales. Solo al momento de la cosecha se podrá distinguir claramente entre la cizaña y el trigo, ya que el fruto de ambas tiene aspectos diferentes. Mt. 7:20 Si el grano de trigo se contamina con el de la cizaña, después de la siega, la harina que se obtiene resulta algo más oscura que la normal y se puede producir envenenamiento al ingerirla.

Pero también hay dos diferencias entre los dos sembradores en término de carácter y propósito.

El primero o dueño del campo se muestra como el “Padre de familia” Vrs.27 y El Hijo del Hombre 37, 41.

El segundo que es el diablo trata de perjudicar la siembra, es el enemigo del hijo del hombre (Vers 25, 28, 39,) y el malo (Vers.38).
Podemos ver entonces que:

a) Jesús , el sembrador de su propio campo:
Jesús no siembra en campo ajeno, sino en su propio campo (Vers24). Sus siervos están consciente de esto (vers 27) tu campo. El diablo se apropio del mundo pues en el huerto se realizó una auotoventa y Adán abrió la puerta al pecado (Génesis 1:26 Rom 7:14 Lucas 4:5,6)

b) El diablo, el enemigo siembra la cizaña en el trigal de Cristo Satanás se infiltró en el campo de cultivo para que la cosecha del Señor se perjudicara (Juan 10:10). Así que el mundo está bajo la influencia del maligno 1Juan 5:19 y el diablo se opone a Cristo mismo (Génesis 3:15)

Ahora bien los dos tipos de semillas: El trigo y La cizaña (De ambas vimos la diferencia y la aparente similitud)

. La cizaña constituía una de las principales pesadillas del agricultor hebreo, se describe como una hierba venenosa que se asemeja mucho al trigo, le llamaban “el trigo bastardo”. Su toxicidad es intensa pero no le viene dado por la planta en sí, sino por un parasito que crece en el interior de los granos de la semilla. En las primeras etapas de
crecimiento es prácticamente indistinguible de la planta alimenticia. Durante el proceso de crecimiento es imposible separar la cizaña del trigo. Las raíces de las dos plantas están entretejidas, de modo que arrancar la cizaña dañaría también el trigo. Para el colmo, esta hierba solo crece en los campos cultivados. Algunos incluso opinan que la
cizaña es una degeneración del trigo.

El trigo es la otra. Cristo se comparó con el grano de trigo (Juan 12:24) En esta parábola la buena semilla es el resultado de esa semilla recibida, entendida y obedecida, es decir aquellos que por medio de ella se volvieron hijos del reino. 1Pedro1:23

III- El tiempo de la siega Vs. 27-30

Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde pues tiene cizaña? La cizaña del maligno esta entre nosotros, disfrazado de creyente. En la iglesia del Señor, el campo fue sembrado con buena semilla pero nos encontramos constantemente con semillas dañinas que aparecen a fin de envenenar la vida de los verdaderos siervos de Dios. Muchos creyentes inmaduros y descuidados no llegan a ver la hostilidad de Satanás hasta que esta se manifiesta y se hace visible. Ellos no se dan cuenta.

Es importante sin embargo la disciplina correctiva en la iglesia (1Cor 5:11-13, Mateo 18:15-17)

Según la parábola, los empleados detectaron la presencia de la hierba y se dispusieron a hacer algo para resolver la situación ¿Quieres que vayamos y la arranquemos? Vres28, pero el agricultor les insta esperar hasta la siega. No nos toca a nosotros juzgar antes de tiempo (1 Cor. 4:5). Cuando llegue el momento, se les indicara como había de recoger la cizaña, amarrándola y utilizándola como combustible, el trigo por su parte se segaría después y se colocaría en el granero del dueño.
Pero esa labor es del juez y los ángeles serán los segadores.

IV-El significado de ésta es explicado por Jesús en el mismo capítulo vs.37-43

Jesús quiere dar estímulo y ánimo a sus discípulos para que sean pacientes y para que lleguen a comprender que los malvados y los justos tienen que vivir juntos, en este mundo, hasta el final de los tiempos. Stgo. 5:7-11

A pesar de los dos mil años que han transcurrido, la cizaña se sigue sembrando en la actualidad, pero no por la noche, sino a plena luz del día. Se siembra cizaña venenosa en todos los rincones de la sociedad. La publicidad se encarga de esparcir sus semillas para que lleguen bien lejos. Pero aunque se siembre hoy a manos llenas no debe caerse en la tentación de arrancarla de raíz y pegarle fuego, ya que de esta forma también eliminamos toda posibilidad del bien. ¿Quién puede atribuirse el papel de juez? En el instante en que juzgamos y despreciamos a
alguien empezamos nosotros también a transformarnos en cizaña (Rom 2 :1,16). Cuando se mira a los demás por encima del hombro con arrogancia se está adoptando la misma actitud del fariseo que oraba orgulloso frente al publicano que no se atrevía a levantar los ojos del suelo. Quien pretende demostrar su bondad comparándola con el
pecado y las miserias de los demás, escandaliza al Señor Jesús. El que se cree fiel y justo, acusando la injusticia del prójimo, es que no ha entendido casi nada del Evangelio de Cristo.

La paciencia, la tolerancia y el respeto hacia todos los seres humanos, aunque no se comparta su forma de vivir y aunque se reconozca que vivan en el error y el pecado, debe ser la tónica general de la vida cristiana.

Es cierto también que esta parábola apunta también al juicio final afirma claramente que el juez será el Señor Jesús, ya que fue El quien primero sembró la semilla y luego llevó en la cruz la maldad de todos los seres humanos. De manera que quien no ha dado su vida por los demás como lo hizo Jesucristo, no tiene derecho a juzgar a nadie.