“En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.”
Salmos 62:7 (RVR1960)
La violencia surge de un corazón endurecido porque se encuentra alejado de Dios, infringir palabras de desprecio o agredir físicamente a una persona no es correcto, y de hecho, es un proceder que debe ser eliminado de los hogares y de la sociedad.
Toda persona merece ser tratada con dignidad y respeto, y es por ello, que si eres víctima de maltrato físico o verbal, o si eres testigo del actuar violento de otra persona, no calles; busca apoyo de las autoridades de tu ciudad, no formes parte de un círculo nocivo que solo trae destrucción.
La violencia, en los hogares destruyendo familias, matrimonios y las relaciones interpersonales, provocando en el agredido no solo un daño físico, sino uno menos visible pero igualmente importante, que es el emocional.
Por eso es importante que le pongamos un alto, si eres una víctima busca refugio en Dios, busca también ayuda profesional, no te quedes en silencio, recuerda que siempre el enemigo trabaja en lo oculto tratando de mantenerte atado. Si, por otro lado, conoces a personas que sufren por este motivo, no seas indiferente y préstales tu ayuda.
Por Cesia Serna
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