Cecilia es una mujer que tiene por profesión el diseño y confección de prendas de vestir, volviéndose popular por los hermosos vestidos que realiza, por lo cual, diferentes mujeres la buscan. Sin embargo, a pesar de su fama ha perdido bastantes clientes por no cumplir sus compromisos, lamentablemente tiende a “postergar el trabajo” para el último momento.
Lo que hace Cecilia, se llama “procrastinación”, es la acción o el hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más irrelevantes o agradables. Se puede interpretar con esta frase: “dejar para mañana lo que se debe hacer hoy”.
Por este mal hábito se pierden valiosas oportunidades. Por ejemplo: imagina que se está acercando un evento especial, por tanto, precisas un hermoso vestido o un traje ¿estarías seguro de ser el cliente de Cecilia? A pesar de los diseños maravillosos que realiza sería un riesgo solicitar su trabajo, debido a que podría retrasarse.
Generalmente este problema se presenta en la adolescencia pero, también en un menor porcentaje, en personas jóvenes y adultas. La realidad es que no hemos aprendido a manejar el tiempo. Esta actitud refleja nuestra inmadurez, y se puede observar no solamente en las responsabilidades que asumimos, sino en la entrega que tenemos al Señor.
“!!Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.” Santiago 4:13-14 (RVR 1960)
Muchas personas dicen: “mañana me acercaré a Dios, hoy debo disfrutar mi juventud o el tiempo que me queda” Aunque no parezca, este es un pensamiento inmaduro, porque nadie sabe cuándo será su final. La vida es corta, como la neblina que aparece por poco tiempo y luego desaparece; por tanto, quizá el día de mañana no tengas la oportunidad de entregarte al Señor para que cuide de ti.
En esta oportunidad te animo a ser responsable con tus compromisos, es decir, decide asumir primeramente tus responsabilidades, coloca prioridades en tu vida y que las personas vean en ti una persona en quien confiar. Por otro lado, si aún no has entregado tu vida a Cristo, recuerda que el tiempo es corto y Dios tiene una labor para ti, no la dejes para mañana.
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